El concepto filosófico de Contingencia o zufälligkeit se presenta en la Historia de la Filosofía en oposición al concepto de necesidad o notwendigkeit. Se puede rastrear su desarrollo teniendo como referencia el litigio argumentativo entre los seguidores de Parménides de Elea en contraposición a los discípulos de Heráclito de Éfeso. Es importante resaltar que la Filosofía nace como Filosofía de la naturaleza. Desde Tales de Mileto, pasando por Demócrito y Epicuro, la preocupación de los primeros filósofos era especular respecto a las causas primeras o los fundamentos que se muestran de forma inmanente en la realidad fenomenal. Las especulaciones de origen metafísica o trascendente surgen con el pensamiento socrático-platónico/aristotélico, tiene sus raíces en la oposición entre parmenídicos y heraclíticos.
La cuestión principal que se coloca es: ¿qué es esto del Ser? Si para los filósofos de la naturaleza el concepto central que mueve la reflexión es la physis (naturaleza) para los filósofos clásicos es la cuestión del Ser: un concepto generalísimo e innominable. Para Heráclito todo es fluido, está en constante devenir, o llegar a ser: todo es contingente. Al otro lado del margen está Parménides que afirma el ser como algo que simplemente es: único, eterno, inmutable, infinito, inmóvil. Finalmente, si el primero afirma la contingencia de este mundo, el segundo lo hace a través del concepto de necesidad o notwendigkeit. Heráclito funda, por lo tanto, el principio de la diferencia o de la multiplicidad, al tomar como fundamento último de la realidad el Ser como llegar a ser. El concepto de contingencia tendrá una profunda influencia en la construcción de filosofías asistemáticas, místicas y no doctrinarias, desde los Cínicos y Escépticos en la antigüedad, hasta Nietzsche, Heidegger, Sartre, entre otros.