Arquitectura Moderna es la designación utilizada para nombrar el conjunto de movimientos arquitectónicos que vinieron a caracterizar la arquitectura durante gran parte del siglo XX. La expresión Arquitectura Moderna se refiere a las vanguardias arquitectónicas europeas, desarrolladas a partir de los años 1920.
“Moderno” y “modernismo” se utilizaron durante este período, con diferentes connotaciones, dejando a los propios artistas o a los críticos la elección, de uno u otro, de forma consciente y consistente en algunos casos, pero en otros, sin gran rigor en su aplicación y con un una clara falta de capacidad crítica que debería estar subyacente.
El Movimiento Moderno, fue concebido con base en la expresión de las oportunidades de un nuevo tiempo, instigando una ruptura con varias vertientes de la tradición arquitectónica, a nivel de las formas, del uso de los materiales, del urbanismo y de sus consecuencias sociales.
La arquitectura moderna, que absorbía innovadoras visiones artísticas de principios del siglo, ligadas principalmente, a la abstracción (del cubismo, del suprematismo, del neoplasticismo y del purismo corbusiano), buscando una nueva comprensión de las cualidades del espacio, del uso de las últimas tecnologías, de la producción en serie y de la prefabricación; todo ello, con el objetivo de construir las estructuras de una nueva sociedad que confiaba en el progreso.
A la arquitectura se le daba la oportunidad y el deber de reformar la sociedad, mejorando las condiciones de vida de las personas, resolviendo sus problemas, a través de la construcción de sus edificios integrados en un nuevo concepto de ciudad.
La arquitectura del Moderno no es unánimemente considerada por la sociedad en general como patrimonio, como ocurre con el patrimonio arquitectónico de movimientos anteriores. No es sólo una cuestión de que los edificios modernos son más recientes, muchos de ellos construidos ya en el tiempo de vida de muchas personas, pero también el hecho de que la arquitectura moderna es la cultura arquitectónica que más influye en nuestro actual modo de construir. Ella es, por lo tanto, demasiado ‘cercana’ y esta ‘cercanía’ con las obras modernas las hace casi contemporáneas y, por lo tanto, aún no encaradas inmediatamente como patrimonio.
La ideología y las características de la arquitectura moderna, son bastante variadas y muchas veces dispersas, ya que se manifestó a través de los más variados modelos y en diferentes escuelas, como la Bauhaus, en Alemania; en Le Corbusier, en Francia o en Frank Lloyd Wright en los Estados Unidos o incluso en el constructivismo en Rusia, algunos vinculados a la escuela Vuthemas.
Estas ideas y modos de presentación tan diversos encontraron en los CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna) un clima de concentración y unión de ideales, llevando el CIAM a producir un modelo único de la arquitectura moderna resultando en el establecimiento de algunos puntos en común entre algunos de los autores que le dieron origen.
Para algunos historiadores, como Leonardo Benevolo y Nikolaus Pevsner, el International Style, concepto inventado por el crítico Henry Russel Hitchcock y utilizado por la primera en 1932, traduce esta posición de concentración creada en los CIAM.
Con esta creación del concepto ideológico de la arquitectura moderna, se hizo más fácil su divulgación y su reproducción por el mundo. Uno de los principios básicos del modernismo fue el de renovar la arquitectura y rechazar toda la arquitectura anterior a este movimiento, principalmente la arquitectura del siglo XIX expresada a través Eclectismo de los clásicos. Este rompimiento drástico con la historia fue parte integrante del discurso de algunos de los principales arquitectos modernos, como Le Corbusier y Adolf Loos.
La arquitectura moderna es el reflejo de las grandes innovaciones técnicas que empiezan a surgir ya a finales del siglo XIX. El hierro aliado a las nuevas técnicas de ingeniería, permitió crear estructuras cada vez mayores y más audaces, mientras que los nuevos materiales, como el acero y el hormigón armado, dan a los arquitectos posibilidades inéditas de creación, lo que hace que la arquitectura moderna, se vuelva completamente diferente de todo lo que se vio y creó hasta entonces. El hormigón, en particular, debido a su adaptabilidad, expresividad, rapidez de construcción y bajo costo se convierte rápidamente en el material de elección del Movimiento Moderno.
Otros factores que también marcaron e influenciaron la arquitectura moderna, fueron las ideas de industrialización, economía y la recién descubierta noción del diseño. Se creía que el arquitecto era un profesional responsable de la correcta y socialmente justa construcción del ambiente habitado por el hombre. Los edificios deberían ser económicos, limpios, útiles y funcionales.
Las dos máximas, que se convirtieron en los grandes representantes del modernismo, fueron: menos es más (frase acuñada por el arquitecto Mies Van der Rohe) y la forma sigue la función (“form follows the function”, del arquitecto Louis Sullivan). Esta frase es vista, por muchos como la síntesis del ideario moderno.
References:
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