Cactaceae, Familia (Cactus)

Descripción de la Familia Cactaceae

Cactaceae es la designación atribuida a la familia de los cactus. Considerada una de las mayores familias de angiospermas dicotiledóneas, posee casi 90 géneros y cerca de 1500 especies. Esta familia está incluida en el orden Caryophyllales, perteneciente a la clase Magnoliopsida y al filo/división Magnoliophyta.

Todos los miembros de la familia son carnosos, pero no todas los carnosos son cactus, como es el caso de los miembros del género Aloe y de los miembros de la familia Euforbiaceae. La familia Cactaceae es muchas veces confundida con la familia Euforbiaceae, que reúne un elevado número de carnosas, sin embargo, éstas no pueden designares cactus.

Ambas familias se asemejan no sólo por su aspecto, pues ambas poseen un elevado número de espinas y tallos cilíndricos, sino también por su preferencia a ambientes xerófitos. La principal diferencia entre estas dos familias está en las distintivas flores producidas por la familia Cactaceae, así como la ausencia de producción de látex.

Principales características:

Las especies de la familia Cactaceae se caracterizan por sus adaptaciones a ambientes áridos, viviendo poco más de 300 años. La mayoría son especies carnosas (presentan tejidos que les permiten conservar agua –parénquima), sin embargo, existen algunos ejemplares arbustivos, así como epífitas. Las estructuras radiculares son generalmente largas permitiendo alcanzar mayores distancias, horizontalmente, en busca de agua.

Sus tallos presentan acumulación de agua, volviéndolos estructuras carnosas. Su modificación del tallo se llama cladodio, caracterizándose por una estructura columnar, muchas veces segmentada. Su tamaño puede variar de pequeños centímetros hasta varios metros de altura, dependiendo de la especie y del ambiente donde se encuentran. Tanto las flores como las espinas de los cactus surgen de una estructura denominada areolas.

Los pigmentos fotosintéticos de estos individuos se localizan generalmente en el tallo y no en las hojas, al contrario de la mayor parte de las plantas. Esto se debe al reducido tamaño de sus hojas, lo que les impide realizar la fotosíntesis. La mayor parte de los cactus presenta un metabolismo fotosintético del tipo CAM, es decir, absorben CO2 por la noche de forma que conservan agua utilizando ese CO2 durante el día para la realización de la fotosíntesis.

Sus hojas presentan la forma de espinos muy finas. Éstas redujeron su área superficial, en un intento de conservar aguan en su interior y limitar su pérdida. Estos espinos también pueden tener como función alejar a los herbívoros, existiendo así varios tipos de espinos.

Estas hojas, en forma de espinos, pueden ser rígidas o flexibles, dependiendo su cantidad de la especie. Algunas especies presentan hojas normales, alternas y simples, frecuentemente carnosas.

Las inflorescencias son generalmente cimosas, compuestas por flores bisexuadas, muy coloridas. Estas flores son grandes y presentan numerosos sépalos en el interior del cáliz, muchas veces confundidas con pétalos, pasando a denominarse tépalos. Las flores varían de color y forma, según el género o la especie en observación. El ovario es ínfero, generalmente plurilocular, con placentación parietal.

Su fruto es una baya o cápsula carnosa, que posee un elevado número de semillas. Estos frutos son generalmente carnosos, poseyendo una elevada cantidad de zumo, pudiendo también presentar una elevada cantidad de espinos, así como miles de pequeñas semillas.

La polinización de las flores de los cactus ocurre normalmente con la ayuda de insectos polinizadores, como algunas abejas, por algunas especies de aves o incluso por algunas especies de murciélagos. La polinización de algunas especies de cactus es nocturna, puesto que sus flores se cierran al amanecer. La polinización cruzada es necesaria para que la formación del fruto ocurra, éste no se forma si ocurre una autopolinización.

Las semillas germinan pocos días después de la aparición de lluvias, sin embargo, su desarrollo y crecimiento es bastante lento. Las especies de cactus mueren por diversas razones, siendo común que la mayor parte de las plántulas muera pasado un año debido a la llegada de temperaturas extremamente bajas, al punto de congelar, así como la llegada de periodos de sequía.

Distribución y Utilizaciones:

Estos individuos se encuentran principalmente en el norte del continente americano, prefiriendo ambientes bastante calientes y secos. Su distribución puede extenderse al sur de América, colonizando ambientes arenosos, como las dunas de algunas playas así como las estepas alpinas. Sin embargo, existen algunas excepciones, dentro de esta familia, que prefieren ambientes calientes y húmedos, surgiendo por ello como epífitas en los bosques tropicales.

Las especies de la familia Cactaceae, cuando encuentran las condiciones óptimas, pueden convertirse en plantas invasoras, creciendo de forma descontrolada e invadiendo el hábitat de otras especies.

Su distribución depende de condiciones climáticas muy específicas, dando preferencia a días largos con elevada exposición solar y noches cortas y frías, presentando por ello elevadas tasas de evaporación.

Una de las mayores especies de cactus se encuentra en Estados Unidos y se llama Carnegiea gigantea (saguaro), siendo típica del Desierto Sonora, donde crea un paisaje muy característico, reconocido por todo el mundo. Esta especie puede alcanzar alturas de cerca de 15 metros, habiendo especímenes que alcanzan más de 20 metros y viven centenas de años, puesto que poseen un crecimiento muy lento.

Una de las principales utilizaciones de esta familia es el paisajismo, principalmente como ornamental, por sus formas extrañas y sus flores coloridas. El interés en algunas especies de esta familia es tan grande que anualmente son vendidos millones de ejemplares por todo el mundo. Su savia amarga es muchas veces utilizada para la producción de bebidas.

Algunas especies pueden ser cultivadas por sus frutos, como es el caso de la higuera de India (Opuntia ficus-índica). Muchas de las especies salvajes sirven de lugares de nidificación a diversas especies de aves, así como ayudan en la fijación de suelos previniendo la erosión. Las raíces de algunos cactus poseen propiedades medicinales, siendo, por ejemplo, utilizadas para tratar la diabetes.