La palabra Ética proviene del griego, ethos (modo de ser, carácter). Ética significa la práctica de un comportamiento que es bueno para el individuo y para sociedad, y su estudio contribuye para establecer la naturaleza de deberes en el relacionamiento individuo – sociedad.
En la práctica, ésta analiza una experiencia histórico-social del campo moral ya existente y, partiendo de ella, “procura determinar la esencia de la moral, sus orígenes, las condiciones objetivas y subjetivas del acto moral, las fuentes de evaluación moral, la naturaleza y la función de los juicios morales, los criterios de justificación de estos juicios y el principio que gestiona el cambio y la sucesión de diferentes sistemas morales” (VÁSQUEZ, p. 22, 2008). Por lo tanto, ética no es moral, sino el estudio de esta última; y por todo ese conjunto, de análisis previamente establecidos, la ética se convierte en un conjunto de conocimientos sistemáticos cargados de racionalidad y objetividad que se refiere al comportamiento moral humano estudiado. Ese comportamiento, que no responde a una disposición natural en los individuos, es aprendido de formas diversas, así como ocurre en el caso de la moral.
De manera más específica poco podemos diferenciar dos formas por las cuales los análisis de éticas ocurren. 1. Ciencia del ‘fin’ para el cual la conducta humana debe ser guiada. Aquí ella es normativa y tiene como objetivo establecer principios, reglas y valores reguladores de la acción humana teniendo como objetivo su armonía. En un gran número de filosofías estos principios, reglas y valores aspiran a afirmarse como ‘imperativos’ de la consciencia como valor universal. La ética no se preocupa de cómo son los hombres, sino de cómo deben ser. En cualquier caso el hombre es entendido como la autoridad última de sus decisiones. 2. Ciencia de lo ‘móvil’ de la conducta humana. Existe, en este caso, la búsqueda por un móvil que determine o discipline la conducta de los individuos, de forma que se encuentren los motivos o causas o fuerzas de la conducta. Aquí se pretende atenerse al conocimiento de los hechos. Para que comprendamos mejor tal distinción: la felicidad puede ser un ‘fin’ en la ética de Aristóteles como el placer puede ser un ‘móvil’ en la ética de Epicuro. Por lo tanto, tenemos la ética de ‘fin’ y la ética del ‘móvil’.
Las dudas y las cuestiones que impregnan el campo de la ética aún son muy amplias y no cesa la llegada de nuevos problemas y nuevos análisis. Su campo de actuación también se sigue extendiendo y la ética puede ser aplicada en los más variados contextos humanos como ciencia, medio ambiente, negocios, tecnología, trabajo o diferencia sexual entre otros.
References:
Abbagnano, Nicola. Dicionário de Filosofia. 6ºed. São Paulo: Editora Martins Fontes, 2012.
JAPIASSÚ, Hilton e MARCONDES, Danilo. Dicionário básico de Filosofia. 3ºed. Rio de janeiro: Jorge Zahar Ed., 1996.
VÁSQUEZ, Adolfo Sánchez. Ética. Trad. João Dell’Anna. 30ºed. Rio de janeiro: Civilização brasileira, 2008.