Según Hellriegel/Slocum en “Management”, hay tres conceptos de responsabilidad social generalmente aceptados, en particular, son el concepto tradicional, el concepto stakeholder y el concepto afirmativo:
Responsabilidad social tradicional: de acuerdo con este concepto de responsabilidad social, las organizaciones deben servir a los intereses de los accionistas mediante la maximización de las ganancias;
Responsabilidad social stakeholder: los gerentes y otros empleados tienen la obligación de identificar grupos que afecten o puedan afectar a los objetivos de una organización. Aunque no existen datos precisos, este concepto será más aceptado por el público en general y por muchos administradores;
Responsabilidad social afirmativa: de acuerdo con el concepto de responsabilidad social afirmativa, gerentes y otros empleados están obligados a:
- evitar problemas, sabiendo anticiparse a los cambios en su ambiente, en lugar de simplemente reaccionar;
- reconciliar los objetivos de la organización con las partes interesadas (stakeholders) y el público en general;
- tomar medidas concretas y positivas para promover los intereses mutuos de la organización, de los stakeholders y del público en general.
Debido a su complejidad, la responsabilidad social afirmativa es el concepto más difícil y costoso para ser implementado por una organización. Presentan cinco categorías de obligaciones que apoyan este concepto:
- Criterios de performance más amplios: los gerentes y otros empleados tienen que considerar y aceptar criterios más amplios que los exigidos por la ley para medir el rendimiento y el papel social de las organizaciones.
- Normas éticas: estas normas se adoptan, aun cuando pueden ser perjudiciales en los resultados financieros más inmediatos de las organizaciones.
- Estrategia de operación: deben mantenerse o mejorar los niveles actuales del ambiente social y físico.
- Responsabilidad de las presiones sociales: debe estar dispuesto a discutir las actividades con grupos externos y disponer la información de libre acceso a ellos. También tienen que ser receptivos a las opiniones formales o informales en la toma de decisiones por los grupos de stakeholders externos.
- Las actividades políticas y legislativas: los administradores tienen que mostrar una voluntad expresa de trabajar con grupos de stakeholders externos. Debe promover la transparencia en las organizaciones gubernamentales y en sus propias actividades de lobbying empresarial.