El Renting es un término de origen Inglés para un tipo de contrato que permite el uso de un determinado bien por una persona u organización en particular y sin bien de transferencia de la propiedad a la misma persona u organización. Este tipo de contrato de alquiler puede variar de dos a cuatro años, tiempo durante el cual, el usuario tiene derecho sobre el bien y también el acceso a una amplia gama de servicios relacionados con el bueno funcionamiento de lo misma, mediante el pago de una renta mensual.
Las principales ventajas de Renting
Desde un punto de vista fiscal, el usuario del bien (arrendatario) tiene algunas ventajas relacionadas con la posibilidad de impuestos de aceptación plena fiscal para efectos del impuesto sobre la renta y la posibilidad de deducir el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) pagado sobre los ingresos. También vale la pena mencionar otras ventajas para el arrendatario como la posibilidad de acceso a los bienes con precio más competitivo (debido a la explotación de economías de escala y de la experiencia del concesionario del uso de la propiedad – el propietario), la no necesidad de financiación para la plena adquisición de la propiedad (que no permite el cambio de los coeficientes de deuda), e incluso una mayor seguridad de los bienes (debido a la inclusión de los servicios y otros manutención y otros asociados con el buen funcionamiento del bien durante su uso).
El Renting presenta, de esta manera, un número importante de ventajas con respecto a otras formas de financiación más tradicionales, que pueden ser una buena alternativa, ya que pueden ayudar a mejorar los resultados, la liquidez y la autonomía financiera, permite líneas de crédito gratuitas, permite una mayor eficiencia en el monitoreo de los avances tecnológicos por cortos ciclos de actualización y una mayor productividad da la seguridad debido a la reducción de los tiempos de ‘tiempo muerto’ causados por el mal funcionamiento.
