La expresión “corto plazo” puede tener diferentes interpretaciones en función del contexto. Por ejemplo, en un contexto contable se ha convenido considerar como corto plazo el tiempo inferior a un año (más de un año se refiere como a medio y largo plazo). Esta distinción entre corto plazo y medio y largo plazo es muy útil en los análisis económicos y financieros, en particular para la evaluación de los niveles de liquidez.
Ya en un contexto de la teoría económica, el concepto de corto plazo es menos objetivo y es el tempo en que todos los factores productivos son variables. En este caso, el corto plazo difiere del medio y largo plazo sin tener en cuenta un cierto período de tiempo, pero teniendo en cuenta la posibilidad de ajuste de todos los factores productivos a las necesidades de producción.