El ciclo de vida del producto es un concepto (o modelo) que describe la evolución de un producto o servicio en el mercado dividiéndolo en cuatro fases, cada una de las cuales tiene características específicas y, por tanto, con orientaciones estratégicas diferentes:
- Introducción – período poco después del lanzamiento del producto y se caracteriza por un crecimiento lento de las ventas, algunas empresas de la competencia y por lo general un alto riesgo y baja rentabilidad financiera de las empresas. El plan estratégico es la colocación de énfasis en la innovación y la calidad.
- Crecimiento – Período caracterizado por un crecimiento exponencial de la demanda acompañado de una masa de la tendencia del producto o servicio y una mejora sustancial de la rentabilidad empresarial. También es un período caracterizado por una gran volatilidad competitiva con muchas compañías a entrar y salir del mercado. El plan estratégico es la colocación de énfasis en la calidad, reducción de costos, en los canales de distribución y el lanzamiento de nuevas versiones del producto para el logro de cuota de mercado.
- Madurez – En este período, la tasa de crecimiento de las ventas de los signos de desaceleración e intensificar los niveles fuerte competencia entre empresas, visibles en las guerras de precios frecuentes y la publicidad. Las principales apuestas estratégicas son el lanzamiento nuevos productos y servicios complementarios con el objetivo de lograr diferenciar la oferta y conquistar el campo en determinados segmentos del mercado. Sigue la apuesta en poner énfasis en los bajos costos y ahora también en la comunicación.
- Disminución – En este período, la demanda va a patinar, las ganancias se someten a una rápida erosión y un gran número de empresas que han abandonado el mercado. El objetivo estratégico ahora es mantener sólo las variedades de productos más competitivos abandonando el resto.
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