Las Beaux-Arts o bellas artes, es el término aplicado para designar las llamadas “artes superiores”, de carácter no utilitario, opuestas a las artes aplicadas y a las artes decorativas.
El carácter y noción de beaux-arts, sólo es establecido en el siglo XVIII, a cuando de la distinción entre “artes mayores” y “menores” (o aplicadas), por la separación entre artes liberales (relacionadas con las “actividades mentales”) y artes mecánicas, ligadas a los trabajos prácticos y manuales. Hasta mediados del siglo XIX, las academias clasificaban todas las manifestaciones artísticas en dos tipos:
- las bellas artes;
- las artes aplicadas o las artes secundárias.
El término beaux-arts designa una de las clasificaciones de las artes utilizadas por las academias de artes, hasta mediados del s. XIX. Según esta clasificación, las bellas artes eran aquellas cuyas manifestaciones artísticas eran consideradas superiores a las demás y que poseían la dignidad de la nobleza. Las demás artes eran consideradas artes secundarias o artes aplicadas (por ejemplo, el diseño y la artesanía). Las artes aplicadas, debido al hecho de ser practicadas por artesanos o trabajadores, eran devaluadas.
Esta distinción artística estaba establecida por el uso de una distinción entre artes mayores (como la pintura o la arquitectura) y artes menores (todos los géneros de artesanía): en las primeras prevalecería el momento ideológico o inventivo, en la segunda, el momento ejecutivo o mecánico de la producción artística. Pero se trata de una distinción válida sólo para las culturas que la establecieron, existen obras de orfebrería, esmaltes, tejidos, cerámicas, etc. Que, artísticamente, valen más que obras mediocres de arquitectura, pintura o escultura. (ARGAN, Guía de Historia del Arte, página 14).
Durante ese momento de la historia del arte, las áreas o disciplinas que componían las bellas artes, eran: la pintura, la escultura, el diseño y la arquitectura.
Cada una de estas artes presenta un amplio repertorio técnico que exige un cierto grado de destreza para ser dominada. Son las manifestaciones del ser humano que refleja, a través de recursos plásticos, fruto de su imaginación o su visión de la realidad.
De un modo similar, los griegos distinguen las artes superiores (que se refieren a los sentidos considerados superiores, visión y audición) de las menores, en general asociadas a los artes manuales y al artesanado. “Artes nobles”, porque son más “perfectas” (siglo XVI); “Artes memorias”, que mantienen la memoria de las cosas y acontecimientos (siglo XVI), “artes pictóricas”, que trabajan con imágenes (siglo XVII); “Artes agradables” (Giambattista Vico, 1744), todos estos son términos empleados para clasificar y jerarquizar las diversas formas de creación artística.
En el transcurso de los siglos XVIII y XIX, la enseñanza de las bellas artes pasa progresivamente a las Escuelas Nacionales de Bellas Artes, creadas en todo el mundo, y el de las artes aplicadas queda bajo la responsabilidad de los Liceos de Artes y Oficios y de instituciones congéneres.
Si las academias separan a artistas y maestros de artes, haciendo de las bellas artes sinónimas de arte académico, es posible notar a lo largo de la historia del arte occidental -y sobre todo en el interior del arte moderno – aproximaciones entre las conocidas como bellas artes y las llamadas artes aplicadas. Recordando, entre otros, el ejemplo del Arts and Crafts inglés, cuando teóricos y artistas reafirman la importancia del trabajo artesanal ante la mecanización industrial y la producción en masa.
A lo largo de la historia del arte y de la progresión y evolución de los movimientos artísticos, fueron muchos los que olvidaron esta distinción entre los diferentes tipos de arte, para valorar por encima de todo la creación artística. El Art Nouveau europeo y norteamericano también sobrepasa las fronteras entre arte y artesanía por la valorización de los oficios y de los trabajos manuales. La experiencia de la Bauhaus, que enfocó sus esfuerzos en la asociación entre arte, artesanía e industria; o incluso el Art Déco, o “estilo años 20”, que aproxima arte y diseño.
Las artes se dividen a menudo en categorías específicas, tales como artes decorativas, artes plásticas o visuales, artes del espectáculo, o literatura. La pintura es una forma de arte plástica o visual, y la poesía es una forma de arte literario.
Hoy en día, una forma de arte es una forma específica de expresión artística, donde podemos encontrar expresiones y ejemplos: en la Arquitectura, en el Arte digital, en la Banda dibujada, en el Cine, en la Danza, en el Diseño, en la Escultura, en el Graffiti, en la Literatura (Poesía y Prosa), en el Teatro, en la Música, en la Pintura, entre muchas otras.
En la actualidad, hay personas que defienden y consideran el cine como el séptimo arte por considerarlo estar al mismo nivel artístico de las demás disciplinas de las Bellas Artes, pero entre la comunidad intelectual y artística, es de una opinión que todavía causa mucha discusión.
Esta es la numeración de las artes más consensuadas, siendo sin embargo sólo indicativa, donde cada una de las artes es caracterizada por los elementos básicos que formatean su lenguaje y se clasificaron de la siguiente forma:
1ª Arte – Música (sonido);
2º Arte – Artes escénicas (Teatro / Danza / Coreografía) (movimiento);
3º Arte – Pintura (color);
4º Arte – Escultura (volumen);
5º Arte – Arquitectura (espacio);
6º Arte – Literatura (palabra);
7º Arte – Cine.
Pero si seguimos los ideales y constancia histórica la numeración sería así:
1ª Arte – Pintura;
2º Arte – Escultura;
3º Arte – Arquitectura;
4º Arte – Danza;
5º Arte – Música;
6º Arte – Literatura;
7º Arte – Cine.
References:
ARGAN, Giulio Carlo & FAGIOLO, Maurizio. Guia de História da Arte. 2ºEd. Editorial Estampa, 1994
CHILVERS, Ian (org.). Dicionário Oxford de arte. Tradução Marcelo Brandão Cipolla. 2.ed. São Paulo: Martins Fontes, 2001
DANTON, Arthur. O mundo da arte. In: Artefilosofia, Ouro Preto, n.1, p.1-224, jul. 2006
DORNBURG, Julia Schulz. Arte e Arquitectura: novas afinidades. Barcelona: Gustavo Gili, 2002
ECO, Umberto. Definição de arte. São Paulo: Martins Fontes, 1986
MARCONDES, Luiz Fernando. Dicionário de Termos Artísticos. São Paulo, Edições Pinakotheke, 1998
ROSMANINHI, Nuno. O Poder da Arte. Imprensa da Universidade. Coimbra, 2006