Concepto de Amigdalitis
El término Amigdalitis designa una inflamación de las amígdalas, normalmente debida a una infección bacteriológica o viral. Estas infecciones pueden estar relacionadas con la aparición de fiebre reumática y nefritis aguda.
Manifestaciones y síntomas:
Dependiendo de la intensidad de la infección, la enfermedad es clasificada en dos tipos:
- Amigdalitis aguda: en este caso la enfermedad se presenta de forma súbita, originada por una infección puntual y, cuando se trata adecuadamente desaparece en un periodo de entre 3 a 5 días. Los síntomas más comunes son la fiebre, el mal estar general, sensación de debilitamiento extremo, dolores de cabeza y dolor de garganta. Las amígdalas quedan hinchadas y rojas y pueden formarse pequeños puntos blancos debido a acumulaciones de pus. Puede surgir también inflamación de los ganglios linfáticos del cuello. En casos en que la dilatación de las amígdalas es grande, se vuelve más difícil la deglución y la voz se vuelve nasal.
- Amigdalitis crónica: cuando los procesos de amigdalitis aguda se manifiestan de forma repetida, los microorganismos se pueden instalar de forma permanente en las amígdalas y originar lesiones que persisten. En los niños, el crecimiento de las amígdalas puede ser tal que dificulte la deglución e incluso la respiración, en especial durante la noche (amígdalas hipertróficas). En otros casos, las amígdalas comienzan a abrir grietas formando canales que liberan pus de su interior (amígdalas crípticas). Tanto en uno como en otro caso, existe el riesgo de desarrollo de absceso faríngeo. Algunos síntomas más frecuentes son los dolores de garganta, las secreciones mucosas abundantes o purulentas, el mal aliento y la dificultar en deglutir alimentos y en respirar.
Principales causas:
La inflamación de las amígdalas se debe normalmente a la infección provocada por virus o por bacterias. La localización de las amígdalas se encuentra en el punto de contacto entre la vía aérea y el sistema digestivo, por ello están sujetas al permanente contacto con microorganismos, tanto los presentes en el aire como los presentes en los alimentos. Cuando la cantidad de los microorganismos es tal que supera la capacidad defensiva puede ocurrir una inflamación. Sin embargo, la mayoría de las amigdalitis son originadas por la propagación de microorganismos de tejidos vecinos afectados por inflamaciones agudas tales como una faringitis, una laringitis o incluso un resfriado. En determinados casos, las amigdalitis pueden también ser una manifestación más de varias enfermedades infecciosas.
Tratamiento:
En la amigdalitis aguda, los tratamientos más comunes son generalmente de orden sintomático e incluyen la administración de analgésicos y antipiréticos, una dieta leve y líquidos abundantes. En el caso de que el proceso infeccioso sea de origen bacteriano, deben ser también prescritos antibióticos adecuados para combatir al microorganismo responsable.
En la amigdalitis crónica, y cuando los síntomas son muy graves o cuando existe peligro de complicaciones, la extracción quirúrgica de las amígdalas mediante una intervención denominada amigdalectomía, es muchas veces la alternativa más viable.
