Para evaluar el estilo de liderazgo se han desarrollado varios modelos. El Sistema de Liderazgo Likert es uno de los más conocidos y el primer modelo de evaluación del estilo de liderazgo para crear. Este modelo divide los estilos de liderazgo en cuatro tipos según el grado de uso de la autoridad por el líder:
- Sistema I – Coercitiva Autoritaria: autocrático, firmemente arbitraria y que organiza y controla todo lo que sucede dentro de la organización con fuerza, se utilizan amenazas y castigos, la comunicación es rara y el trabajo en grupo es insuficiente. Las principales consecuencias negativas de este tipo de liderazgo son la sumisión, la dependencia, la inhibición y la desmotivación. Puede tener algunas consecuencias positivas, principalmente en términos de velocidad en la toma de decisiones. Generalmente hay una mano de obra intensiva y no especializada y de baja tecnología.
- Sistema II – Benevolente Autoritario: autoritario e impositivo pero más condescendiente y menos rígido que el Sistema I; en este sistema ya existe alguna consulta y delegación y, junto con las amenazas, hay también recompensa. Los efectos son similares a de lo Sistema Coercitivo Autoritario, aunque menos intenso. Sucede en las organizaciones industriales con alguna tecnología y de mano de obra más especializada.
- Sistema III – Asesor: más participativo y menos arbitrariedad organizacional; los objetivos y las tareas son discutidas anteriormente, hay algo de comunicación de bajo hacia cima y hay algo de estímulo de trabajo. Permite cierta seguridad colectiva y motivación de los trabajadores, convirtiéndose, sin embargo, más lento que los anteriores. Por lo general, empleado en empresas de servicios y en algunas zonas de las empresas industriales más organizadas.
- Sistema IV – Participativa: democrática, donde todos participan democráticamente en la toma de decisiones; Hay una buena comunicación en todos los sentidos y se alcanza un buen nivel de motivación. De las consecuencias principales se destacan la sensación de la seguridad colectiva de interdependencia y una mayor motivación, aunque el proceso de decisión toma cada vez más tiempo. Situada en empresas de alta tecnología y personal especializado, donde los profesionales desarrollan actividades complejas.
Aunque no se caracteriza por Likert, podríamos caracterizar mejor otro sistema de liderazgo que corresponde a la permisividad. En tal sistema, el líder deja que los subordinados decidan qué hacer, no organiza las tareas, no controla y no resuelve los conflictos. En resumen, no lidera en el verdadero sentido de la palabra. Las principales consecuencias de un sistema de este tipo sería la apatía, el conflicto y el desorden, la inseguridad y la desmotivación e incluso la lentitud en la toma de decisiones.