Concepto de Producto Turístico
Antes de partir para la definición del concepto de producto turístico importa esclarecer que un producto se define como algo que puede ser ofrecido en el mercado para adquisición y/o consumo, lo que incluye objetos físicos, servicios, lugares y organizaciones.
Un producto de una actividad económica transporta consigo características intrínsecas, es decir, se compone por dos partes inseparables: la parte tangible (constituida por el producto en sí, tal como es definido por los productores) y la parte intangible (percepción y/o las expectativas que los consumidores tienen del producto). Engloba también atributos que pueden ser divididos en tres categorías: Valor del producto (fórmula del producto, es decir, la descripción técnica de sus componentes materiales), el producto visible (las características observables por los consumidores cuando lo están consumiendo) y el valor adicional (incluye todo aquello que puede hacerlo más interesante y apelativo para el público, es decir, marca, atención personalizada, calidad, entre otras).
Tradicionalmente, la designación de producto será destinada a los bienes físicos; en el presente, la designación del producto desligado de contenido físico, se generalizó a todos los sectores de actividad económica, inclusive en las áreas de producción intangible, como el caso, por ejemplo, de la actividad Bancaria o del Turismo. El producto turístico es así una mezcla de todo cuanto una persona puede consumir, utilizar, experimentar observar y apreciar durante un viaje o estancia.
El producto turístico es una combinación de elementos materiales e inmateriales de un territorio dirigidos para una actividad propia; engloba el patrimonio, las atracciones, los equipamientos, las infraestructuras y la accesibilidad al destino turístico, de los cuales el consumidor (turista) compra una combinación de actividades, como por ejemplo, el producto “Nieve” que constituido por nieve, establecimientos hoteleros, transporte, animación, restaurantes, información y organización del viaje, establecimientos comerciales y servicios diversos.
El producto turístico transcurre del conjunto de bienes y servicios unidos por relaciones de interacción de interdependencia, que lo vuelven complejo, es decir, en una óptica funcional el producto turístico comprende entidades con responsabilidades en la gestión de los recursos públicos (playas, bosques, museos, monumentos, castillos), empresas turísticas (hoteles, transportes, agencias de viaje, restaurantes, operadores turísticos), entidades con responsabilidades en la gestión de las infraestructuras (carreteras, aeropuertos, servicios de saneamiento, servicios de limpieza) y empresas complementarias (parques temáticos, cines, casinos, instalaciones deportivas y/o culturales). Dicho esto, el conjunto de bienes y servicios organizados por el sector público o sector privado pueden ser adquiridos por el consumidor por un valor establecido en un lugar concreto en un determinado momento.
El producto turístico, teniendo en cuenta sus especificidades, presenta determinadas características, concretamente: es estático, los turistas son los que van en su encuentro; es intangible, no puede ser testado antes del consumo; es abstracto, sólo queda en la memoria después del consumo; presentó una relación de inseparabilidad, obliga a la presencia del turista y es condicionado por este; es perecible, no puede ser almacenado; presenta un grado alto de variabilidad, el mismo producto es diferente de quién y dónde se ofrece el mismo; es diversificado, engloba varios subproductos o servicios que pueden ser sustituidos entre sí; presenta una complementariedad entre los componentes, es decir, la calidad es evaluada globalmente; es poco elástico, en la medida en que es poco adaptable a las modificaciones en su búsqueda.
La creación y promoción de un producto turístico corresponde al reconocimiento de la existencia de grupos de consumidores con motivaciones propias, que se desplazan por razones idénticas, poseyendo deseos similares, es decir, hay el reconocimiento de la existencia de segmentos de mercado diferenciados, habiendo el marketing contribuido para este enfoque que acabó por promover la formación de productos turísticos por la combinación de los diversos componentes de la oferta.
Para cada segmento de mercado corresponde uno o más productos turísticos definidos teniendo en cuenta las condiciones específicas de cada territorio, es decir, no existen productos turísticos universales, porque cada territorio posee características diferentes que influyen directamente al mismo. Existen productos turísticos comunes en varios territorios, pues las condiciones de cada territorio introducen diferenciaciones que pueden satisfacer mejor o peor las preferencias de los consumidores (turistas).
References:
- Cooper, C. (2007). Turismo – princípios e práticas, Bookman, pp. 1-784.
- Cunha, L. (2006). Economia e política do turismo, Ed. Verbo, pp. 1-448.
- Seaton, A. V. (1996). The marketing of tourism products: concepts, issues and cases, International Thomson Business Press, pp. 1-562.