Presentación de la Carta a los Filipenses
La Carta a los Filipenses es uno de los libros que integran el Nuevo Testamento de la Biblia cristiana del designado grupo de las Cartas de San Pablo. Los filipenses eran los habitantes de Filipos, una ciudad conquistada por Felipe II de Macedonia (padre de Alejandro Magno) localizada al norte de Grecia, que fue la ciudad europea donde se inició la evangelización de Europa. La comunidad cristiana de Filipos estaba particularmente unida a Pablo y cuando se supo que fue preso (tal vez en Roma), organizó una recolecta y la envió a través de Epafrodito. Esta carta es la respuesta de Pablo a los filipenses, la cual a pesar de no presentar un pensamiento teológico organizado, presenta algunas doctrinas dignas de destaque como, por ejemplo, la comunión fraterna entre la comunidad y el Apóstol. En ella sobresale el tono afectuoso con que Pablo se dirige a la comunidad, pidiéndoles para, tanto a ellos como a él propio, ser fieles a Cristo ante los falsos maestros. Para ello, Pablo les cita un himno a Cristo, siervo sufridor pero que Dios hizo Señor de toda la Creación.
La carta está organizada en cuatro partes principales: Prisión de Pablo, Deberes de la Comunidad, Solicitud por la Comunidad, el Apóstol y Modelo de la Comunidad.