El término Alianza (que tiene su equivalente hebreo en la palabra berith que significa pacto o contrato) es utilizado en la Biblia para describir la relación entre Dios y su pueblo. De acuerdo con los textos bíblicos, esta alianza fue celebrada solemnemente en el Sinaí entre Dios y Moisés. Los mandamientos representan por parte del pueblo hebreo el compromiso de la fidelidad a la propia alianza.
Su significado pleno es encontrado en la Biblia Cristiana siendo traducida por Antiguo Testamento y por Nuevo Testamento, o sea, Antigua Alianza y Nueva Alianza. El Antiguo Testamento (o Antigua Alianza) significa el conjunto de pactos que Dios hizo con el Pueblo Elegido de Israel: primero las alianzas con Abraham y con Noé y después su alianza con Moisés en el monte Sinaí, donde le entrega los diez mandamientos. La Nueva Alianza (o Nuevo Testamento) representa la alianza con Jesucristo a través de la cual todos los hombres son llamados a ser hijos de Dios. La llegada y muerte de Jesús representa, por tanto, el fin de la Antigua Alianza, fundando con su sangre la Nueva Alianza. De ahí nació una ética profundamente renovada, haciendo sentir que la antigua alianza había sido superada y estaba ante una u otra nueva. Como la realización y la iniciativa de la alianza eran obra unilateral y exclusiva de Dios, que la formulaba, el pueblo se limitaba a aceptarla. Fue traducida también por la palabra latina testamentum. Cristo representa una conciencia profundamente diferente de la relación de Dios con el Mundo.