¿Quiénes eran los Sumerios?
Los sumerios fueron un pueblo de origen desconocido que se establecieron en la región de la Baja Mesopotamia (en la llamada Sumeria) entre el 3200 a.C. y 2800 a.C. A pesar de su origen desconocida, se cree que los sumerios tuvieron algún parentesco con los fundadores de la cultura del Valle del Indo.
Administrativamente, los sumerios estaban organizados en una especie de ciudades-estado (entre las cuales Ur, Uruk, Kish, Lagash, Umma, Nippur y Eridu), rivales entre sí, en que cada una de ellas correspondía a una especie de señorío eclesiástico gobernado por un sacerdote. En cada ciudad, el único edificio público era el templo, un edificio de grandes dimensiones que funcionaba como el centro de actividad económica, política y religiosa. A pesar del poder político haber pasado gradualmente para los jefes militares, los templos y sus sacerdotes conservaron siempre el poder económico.
A inicios del II milenio a.C., la civilización sumeria entra en declive y acaba por ser absorbida por Babilonia y por Asiria, pueblos a quienes transmitió su cultura y conocimiento.
La invención de la Escritura
La principal razón para la importancia de los sumerios en la Historia Mundial es sin duda la invención de la escritura. Se cree que la invención de la escritura habrá nacido de la necesidad que los sacerdotes tenían en controlar el flujo de entradas y salidas de bienes de los templos. Comenzó por ser pictográfica e ideográfica. Sin embargo, el material en que era grabada (barro cocido) no tenía calidad para el trazado de líneas sinuosas o complejas, obligando a los escribas a desarrollar otras formas de escritura. De esta manera, la pictografía evolucionó para cuneiforme y la ideográfica pasó parcialmente a fonética.
Influencia de la Cultura Sumeria en la Región
La influencia de los sumerios fuera de la Baja Mesopotamia fue enorme. En primer lugar fue el contacto con los pueblos semitas establecidos en la Alta Mesopotamia al norte de Kish (futuro país de Acad) que permitió llevar la escritura y cultura sumerias para esta región. Más tarde, las incursiones militares para el este y la conquista de Susa, capital de Elam, permitieron la penetración de la cultura sumeria y hasta de su religión en el país de los elamitas. La influencia sumeria llegó aún más lejos, particularmente al Líbano, Siria y Palestina, regiones que rápidamente aprendieron la escritura cuneiforme sumeria y la adaptaron a sus lenguas semitas.