Sesostris III (o Senusert III)
Hijo de Sesostris II, también conocido como Senusert III, Sesostris III fue un faraón egipcio (5º de la XII dinastía) que reinó entre los años 1878 a.C. y 1841 a.C. Considerado como uno de los mayores faraones de Egipto, dejó una gran imagen de conquistador tanto en Asia como en Nubia. Según escribió Herodoto, “él avanzó con una flota de barcos de guerra del mar Rojo para las márgenes del mar de Eritrea, sometiendo a las naciones a su paso, hasta finalmente alcanzar un mar en el que no se podía navegar por culpa de los bancos de arena y de ahí volvió para Egipto”. Además de sus conquistas en Asia, se debe también a Sesostris III la pacificación definitiva de Nubia. Su nombre quedó de tal forma unido al dominio egipcio sobre este país hasta el punto de volverse el dios protector de estas regiones conquistadas.
Además de sus conquistas, en el plano militar Sesostris III destacó por sus vastas obras efectuadas durante su gobierno. Al principio de su reinado mandó cavar un canal en las rocas junto a la primera catarata del Nilo, la cual, además de su interés económico, fue también valiosa para las flotas de guerra que apoyaron al faraón en el establecimiento de la ley egipcia en Nubia. Otras importantes obras de Sesostris III fueron la construcción de una red de fortalezas en la Baja Nubia, al nivel de la segunda catarata, de las que las más célebres son las de Buhen, Mirgissa, Semna y Kumna. Mandó construir también numerosos templos, destacando el templo dedicado al dios Montu (señor de la guerra del Antiguo Egipto y protector de Tebaida), construido en Tebas.
Tal como muchos otros faraones, Sesostris III también tenía su propia pirámide, la cual fue edificada en Dahshur, al norte de la pirámide de Amenemhat II. Tenía originalmente una altura de 78 metros y 50 centímetros. Fue construida empleando ladrillos en su estructura interna y siendo revestida con bloques de caliza. En la construcción de su cámara funeraria y de su sarcófago, fue utilizado granito rojo. La entrada de la pirámide se sitúa en el patio del lado oeste del monumento. Entre los túmulos de la familia real, situados al lado norte de la pirámide, o de las princesas Sat-Hathor y Merit contenían colecciones de joyas y adornos personales. Los egiptólogos creen que estas joyas deben haber sido realmente usadas por las princesas durante sus vidas.