El arte rupestre (o parietal) consiste en pinturas y grabados efectuados sobre la roca (al aire libre o, más frecuentemente en las paredes y techos de grutas) por el hombre del Paleolítico Superior. La mayoría de las veces son representados animales en libertad y escenas de caza. También son encontradas, muchas veces, manos humanas en negativo mientras que las representaciones humanas son muy escasas.
Según la mayoría de los historiadores el arte rupestre sería una forma de manifestación simbólica o de prácticas de magia y hechicería: la representación de animales que generalmente eran cazados tendrían como objetivo hacer con que tuvieran éxito en la caza.
Los principales centros de arte rupestre se localizan en Francia en la región de los Pirineos y en España en la región de Levante (los lugares más famosos son las grutas de Lascaux y Niaux en Francia y Altamira en España. En Portugal destaca la Gruta del Escoural en el Alentejo y los grabados al aire libre en el Valle del Côa.
Junto con las estatuillas femeninas y las esculturas de cabezas de animales (el llamado arte móvil), el arte rupestre constituye la primera forma de manifestación artística del Hombre.