Uno de los criterios base para clasificar el tipo de metamorfismo es la extensión del área alcanzada por este fenómeno geológico. Se define el metamorfismo regional como aquel que afecta a una extensa área, al contrario del metamorfismo de contacto que tiene un carácter bastante localizado.
Este tipo de metamorfismo regional es el más frecuente y ocurre en amplias áreas, afectando a una gran extensión de rocas, en la secuencia de fenómenos tectónicos de gran escala, como por ejemplo el alejamiento y la colisión de placas litosféricas.
La diagénesis y el magnetismo constituyen procesos extremos de formación de rocas sedimentarias y de rocas magmáticas. Entre estos dos ambientes de formación de rocas, existe un ambiente intermedio, el ambiente metamórfico.
Superadas las condiciones de presión y temperatura que definen el final de la diagénesis, se inicia el metamorfismo. Sin embargo, si el aumento de la temperatura determina la fusión de las rocas, ocurre el magmatismo.
El metamorfismo se caracteriza, así, por el conjunto de adaptaciones mineralógicas y texturales que las rocas preexistentes sufren, cuando son sujetas a condiciones de presión y temperatura diferentes de las cuales presidirán a su formación. De una forma general, estas adaptaciones mineralógicas y texturales ocurren en el estado sólido, sin que ocurra la fusión de la roca preexistente. Con frecuencia, las rocas metamórficas se presentan dobladas, lo que sugiere que su génesis ocurrió en un estado de deformación dúctil.
Los principales factores de metamorfismo son el calor, la presión de los fluidos de circulación y el tiempo. Estos factores pueden no actuar simultáneamente en todos los casos. Puede ocurrir, por ejemplo, metamorfismo de las rocas que quedan en contacto con una intrusión magmática. En este caso el principal factor es el calor y algunos fluidos que se escapan del magma.
Los fenómenos metamórficos son bastante lentos, siendo por ello el factor temporal muy importante en la formación de este tipo de rocas.
El metamorfismo regional se debe a temperaturas y tensiones moderadas a elevadas. Este tipo de metamorfismo también se debe a la circulación de fluidos. Las rocas de metamorfismo regional se caracterizan por sucesivas fases de recristalización y de deformación. Estas sucesivas fases se deben a la acción combinada y creciente de las condiciones de temperatura y de tensión.
La esquistosidad, asociada a rocas de este tipo de metamorfismo, resulta de esa conjunción entre deformaciones y recristalizaciones. De cierta forma, una vez superados ciertos valores de tensión y de temperatura, las rocas metamórficas inician un proceso de fusión parcial. Este proceso de fusión parcial se denomina anatexia.
El proceso de anatexia ocurre ya en el dominio del llamado ultrametamorfismo. El ultrametamorfismo marca la frontera de los procesos geológicos entre el metamorfismo y el magmatismo. O sea, entre la formación de rocas metamórficas y la formación de rocas magmáticas.
El metamorfismo regional, como el propio nombre indica, afecta a extensas regiones, estando asociado a los límites convergentes de placas. En este tipo de límites el aumento del espesor de la corteza, asociada a procesos orogénicos, es responsable por las elevadas presiones y temperaturas en su interior. Paralelamente, la compresión tectónica, fruto de la convergencia de placas, genera tensiones dirigidas que acentúan a las acciones metamórficas.
Es en estos contextos tectónicos donde el metamorfismo regional, llevado al límite, resulta en la fusión de las rocas de la corteza y en la consecuente formación de magmas secundarios, cuya composición granítica refleja la naturaleza de la propia corteza continental.
Las grandes cadenas montañosas son los ambientes propicios para la aparición del metamorfismo regional y del magmatismo. El magmatismo origina, a su vez, en estas regiones, una buena parte del volcanismo terrestre y mayor parte del plutonismo en relación al cual, se verifica el metamorfismo de contacto, en una evidencia de que todos estos procesos dependen del ciclo tectónico.
Son ejemplos de rocas metamórficas formadas a través del metamorfismo regional las ardosias, los filitos, los esquistos, los micaesquistos y los gneis. Todas estas rocas presentan un elevado grado de foliación.
