Qué es el Basalto
El basalto es una roca volcánica, o extrusiva, puesto que resulta de magmas que se consolidan en la superficie, normalmente a través de la lava expulsada durante las erupciones volcánicas.
Las rocas magmáticas o rocas ígneas resultan del enfriamiento y de la solidificación del magma. Si esa solidificación ocurre en el interior de la Tierra, en la gran profundidad, las rocas que se forman son designadas rocas plutónicas o rocas intrusivas. En el caso de que el magma ascienda del interior de la Tierra y se consolide en la superficie, o cerca de ella, las rocas resultantes se llaman rocas volcánicas o rocas extrusivas.
El basalto es una roca con textura afanítica, es decir, posee una textura agranular. Es constituido por minerales muy pequeños que no se distinguen unos de otros a simple vista. Esta roca magmática está compuesta esencialmente por plagioclasas, piroxenos y olivinos.
Una gran parte del manto superior es constituido por peridotita. La peridotita es una roca holomelanocrata, bastante rica en minerales máficos, como el olivino y el piroxeno. Cuando una porción de peridotito se desplaza en la astenosfera, con un sentido ascendiente, la disminución de la presión provoca la fusión de minerales ferromagnesianos, posibilitando así la formación de un magma de composición basáltica. El basalto es, por lo tanto, una roca proveniente de la consolidación de un magma del tipo basáltico.
El magma es mezcla esencialmente líquida, con una fracción gaseosa y fragmentos rocosos, resultante de la fusión de rocas en profundidad. Teniendo en cuenta la composición del interior rocoso de nuestro planeta, se trata de un producto silicatado, es decir, es rico en sílice. Los elementos más abundantes son el oxígeno, el sílice, el aluminio, el hierro, el calcio, el sodio, el potasio y el magnesio.
La fusión que está en la base de la formación de los magmas no es conseguida apenas por el aumento de la temperatura. Otras alteraciones ocurridas en el interior de la Tierra producen ese efecto. Es el caso de la disminución de presión y de la adición de agua, bastante unida a las zonas de subducción, en los límites de placas convergentes. Con efecto, las rocas hidratantes de la corteza oceánica que se hunden en las fosas, al ser arrastradas para el interior de la Tierra, liberan agua, facilitando la fusión de las rocas del manto que se encuentran encima de ellas.
La intensa actividad magmática en esas regiones se refleja en la concentración de gran parte del volcanismo emergido que acompaña el trazado de las fosas oceánicas, concretamente en las márgenes del océano Pacífico, el llamado Anillo de Fuego. Aún así, éste no representa un quinto de la totalidad del magmatismo terrestre, el cual está, sobre todo, asociado a los límites divergentes de placas, donde se producen las grandes extensiones de rocas de los fondos oceánicos.
La fusión de las rocas en la cima del manto, como en la base de la corteza, es un acontecimiento muy localizado. Si existiese una capa continua fundida a aquellas profundidades, las ondas sísmicas del tipo S no se propagarían en esa franja. Esto sólo se verifica en zonas muy internas del globo, como en la transición del manto para el núcleo.
Tras la fusión, los magmas, impulsados por su menor densidad, tienden a subir, cuando la presión generada es suficiente para abrir camino en dirección a la superficie. En algunos casos, consiguen alcanzarla, originando fenómenos volcánicos, y en otros casos, acaban por instalarse en el interior de la corteza, en un fenómeno designado plutonismo.
La cantidad de sílice presenta en la composición magmática un importante parámetro de clasificación de los magmas, que permite dividirlos en magmas pobres en sílice, ricos en sílice y magmas de clasificación intermedia. Ese líquido rocoso ocurre a temperaturas muy elevadas comprendidas entre los 800 e 1500ºC.
Si los magmas se consolidan en el interior de la corteza terrestre, originan rocas magmáticas intrusivas o plutonitos, como ejemplo de este fenómeno tenemos el granito. En el caso de que los magmas se consoliden en la superficie o próxima de ella, originan rocas magmáticas extrusivas o vulcanitas, como el basalto. Plutonitas y vulcanitas presentan diferentes aspectos texturales que proporcionan informaciones sobre las condiciones de su génesis. Las plutonitas presentan generalmente minerales desarrollados identificables a simple vista. Tal hecho se debe a un enfriamiento lento en profundidad. Las vulcanitas presentan minerales de pequeñas dimensiones, pudiendo, en algunos casos, existir pequeñas cantidades de materia aún por cristalizar. Esta textura se debe a un enfriamiento bastante rápido del magma.