Incendios Naturales

Concepto de Incendios Naturales

Los incendios naturales son fuegos cuyo origen se encuentra en la naturaleza y no en una acción realizada por el ser humano. Un incendio consiste en un fuego casi imposible de controlar que trae graves consecuencias para los seres vivos.

El fuego es una reacción de combustión muy rápida, sus reagentes son un material combustible que cuando entra en contacto con el calor y en la presencia de oxígeno entra en combustión liberando luz y calor, así como dióxido de carbono, agua y varios gases tóxicos para la atmósfera.

Causas

Un ejemplo de incendio natural es el incendio forestal, normalmente es provocado por el ser humano, pero a veces su origen es natural. Las tempestades eléctricas son un ejemplo de los elementos naturales responsables por los incendios forestales. Las causas naturales como fuente de incendios son, sin embargo, una pequeña minoría. La gran mayoría de los fuegos forestales se deben a la acción del hombre, pero debido a la necesidad de la presencia de los elementos naturales, éstos continúan siendo considerados fuegos naturales.

Muchas veces lo más importante en un incendio es su propagación, la forma como éste se extiende por el área que envuelve, acabando por consumir todo a su paso. Las características de la naturaleza, en particular, la cubierta vegetal son muchas veces responsables por esa propagación. Cubiertas muy densas y secas facilitan la dispersión del fuego, dificultando su control por parte de los bomberos. Características como la humedad del aire, la intensidad del viento e incluso la topografía del terreno son responsables por el desarrollo del incendio, pues incentiva su propagación y dificultan su control.

En las épocas en que el calor es más intenso debido a las emisiones intensas de radiaciones UV, la cubierta vegetal queda más seca, lo que en conjunto con la baja humedad y el intenso calor promueve la ignición espontánea de un fuego, no siendo necesaria la intervención del ser humano. Algunas plantas son conocidas por producir aceites que favorecen la propagación y la intensidad del incendio para que sus semillas germinen. Existen muchas otras causas para la propagación de incendios, siendo por ello importante un mantenimiento de los factores que puedan favorecer su dispersión.

Consecuencias

La destrucción del ecosistema y del hábitat de los seres vivos es de las consecuencias más graves de los incendios. Muchos seres vivos pierden el lugar donde viven, así como su fuente de alimento al ser dispersados por un incendio. La muerte de seres vivos también es una de las graves consecuencias de los incendios. Estas muertes pueden deberse a la inhalación del humo, a las quemaduras graves causadas por el fuego y a la pérdida de las fuentes de alimento.

Deslizamientos y crecidas son otras de las consecuencias. Un suelo que perdió su cubierta vegetal es más propenso a sufrir erosión, pues las raíces que lo sujetaban dejaron de cumplir su función, puede perder también su permeabilidad, lo que provoca la retención de agua cuando llueve, creando así superficies que acumulan agua causando inundaciones.

La pérdida de la permeabilidad puede ocurrir de dos formas; por un lado, el suelo tiene características porosas, es decir, el suelo es formado por partículas agregadas entre sí con espacios que pueden ser rellenados por agua y sales minerales, cuando ocurre el incendio esos poros acaban por cerrar no permitiendo la infiltración del agua. Por otro lado, el material resultante de la combustión se acumula en el suelo formando una capa que impide el paso del agua.

La contaminación de las capas freáticas también es una preocupación, pues toda el agua que es utilizada por los seres vivos proviene de alguna forma de la lluvia, pero, debido a la infiltración de sustancias tóxicas causadas por los incendios, las capas freáticas son contaminadas, toda el agua disponible acaba eventualmente por ser contaminada.

Tras un incendio ocurre una reforestación con el objetivo de disminuir sus consecuencias, sin embargo, cuando esa reforestación no es hecha correctamente y las especies introducidas no corresponden a especies autóctonas, el problema causado puede ser aún peor. Las especies introducidas son normalmente especies exóticas de crecimiento más rápido y con mayor interés comercial, pero que provocan daños en el ecosistema pues acaban por impedir el desarrollo de las especies autóctonas, alterando de forma permanente el ecosistema y sus funciones.

A pesar de las múltiples consecuencias negativas del surgimiento de incendios en el medio ambiente, existen también varias consecuencias positivas. Por ejemplo, existen muchas especies vegetales que no sólo les gusta el fuego, sino que también lo necesitan para desarrollarse. En algunas especies es el calor generado por el fuego quien lleva sus semillas a desarrollarse.

La capa de cenizas que surge tras la combustión de la cubierta vegetal también puede ser benéfica para el suelo pues lo hace más rico en nutrientes, lo que beneficia a las especies vegetales que consiguieron sobrevivir al incendio. Debido a este hecho, es común la utilización del fuego para aumentar la fertilidad de los suelos agrícolas. Estas prácticas tienen también un lado negativo, pues la necesidad de nutrientes por parte de las plantas, tras el incendio, acaba por agotar el suelo haciéndolo menos fértil, teniendo así un efecto antagónico a aquel pretendido con la quema.

De una forma general, los árboles más viejos no son tan dañados por los incendios como los árboles más jóvenes, pues normalmente los más viejos poseen mayor espesor del tallo, además de ser más altos, lo que lleva a una mayor protección de la copa de los árboles, estos dos elementos son esenciales para la protección de las especies arbóreas (la copa permite hacer la fotosíntesis mientras que el tallo permite el paso de la savia bruta y de la savia elaborada). Los árboles más jóvenes, por otro lado, son capaces de recuperar de forma más rápida, sin embargo, la mayoría de los individuos que fueron dañados por un incendio acaban por morir, sea porque no les sea posible recuperar los daños sufridos, o debido a infecciones por virus y baterías que surgen como consecuencias del incendio. Las especies invasoras tienen a aprovecharse de los espacios quemados para implantarse en el área, puesto que dejan de tener competencia y poseen muchos nutrientes disponibles.

El efecto que un incendio tiene sobre el ecosistema es diferente según el ecosistema donde ocurre, no obstante, en todos puede ser considerado una forma de rotura de los ciclos biogeoquímicos presentes en el lugar, dando inicio a una nueva fase de la sucesión ecológica. Por todos esos motivos no es posible describir un incendio natural apenas como un factor negativo del ecosistema, siendo que muchas veces los aspectos son más negativos para el ser humano que para el ecosistema en sí.

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