Un organismo huésped es aquel que aloja otra especie en su cuerpo con un perfil de parásito. El huésped puede alojar el parásito en el interior del cuerpo (endoparásito o parásito interno) o sobre la piel o cuero cabelludo (ectoparásito o parásito externo).
El parásito se establece en el organismo que lo aloja utilizando los recursos nutritivos del huésped, causándole daños, ya que esos son recursos que el huésped necesita para su subsistencia. Es muy común que un huésped pueda presentar como síntoma de que aloja una población de parásitos el adelgazamiento o desnutrición. Frecuentemente la presencia del parásito no agota apenas sus recursos nutritivos, sino provoca también el mal funcionamiento de órganos o sistemas de órganos.
El huésped proporciona no sólo alimento al parásito, sino que constituye también su hábitat. En general, la mayoría de los parásitos son específicos de su huésped. Sin embargo, también hay casos en que una única especie de parásitos se consigue instalar en dos o más especies de huéspedes, y puede alternar entre ellos durante su ciclo de vida.
Este es el caso, por ejemplo, de un parásito que ocurre frecuentemente en el intestino de diversos animales vertebrados, la tenia, un platelminto perteneciente al género Taenia. Los individuos adultos pertenecientes a la especie Taenia solium viven en el intestino grueso de los humanos. Sin embargo, durante su fase de larva, parasitan en otro mamífero, el cerdo. El plasmodio (género Plasmodium) es un ejemplo de otro parásito (en este caso un protista) que alterna entre más de un organismo durante su ciclo de vida, ya que va alternando entre humanos y mosquitos.
References:
- Ricklefs, Robert. (2003). A Economia da Natureza. Guanabara Koogan, 5ª Edição.
- Lévêque, C. (2001). Ecologia: do ecossistema à biosfera. Instituto Piaget, Colecção Perspectivas Ecológicas, nº 36
