Las exotoxinas son sustancias de naturaleza proteica que son producidas por microorganismos y excretadas para el exterior de la bacteria, en vez de las endotoxinas que forman parte del cuerpo celular de la propia bacteria, más precisamente en la constitución de la pared celular. Son consecuentemente liberadas por bacterias Grampositivas, así como por bacterias Gramnegativas. Este tipo de toxina puede causar diversas manifestaciones a nivel clínico, asumiendo un papel importante en el desarrollo de varias patologías manifestadas por los seres humanos y otros animales. En su amplia mayoría, las exotoxinas son liberadas por la mayoría de las bacterias de los géneros Grampositivos. Excepción a esta regla son las bacterias de la especie Listeria monocytogenes que produce endotoxinas. Algunas bacterias Gramnegativas como las de las especies Vibrio cholerae, Escherichia coli, entre otras de este grupo, también son productoras de exotoxinas.
Algunas patologías bastante graves y severas para el hombre son causadas por este tipo de toxina de origen bacteriana. Se destacan entre esas enfermedades la anthrax, el botulismo, el tétano y el cólera. La anthrax es un ejemplo de una enfermedad provocada por el microorganismo Bacillus anthracis usado en terrorismo químico.
Un subgrupo de bastante relieve, dentro de las exotoxinas bacterianas, son las neurotoxinas. Las neurotoxinas actúan a nivel del sistema nervioso, concretamente, en los nervios o en las placas terminales motoras, pudiendo llevar a la parálisis. Son ejemplos de neurotoxinas las que producen el tétano y el botulismo.
Las enterotoxinas son exotoxinas que actúan sobre el tubo digestivo, el tracto gastrointestinal, provocando muchas veces diarrea. Las enterotoxinas inhiben la reabsorción del cloruro de sodio, activan la secreción del cloruro de sodio o pueden incluso llevar a la muerte de las células epiteliales del intestino. El resultado final más común es el desequilibrio osmótico de los fluidos en el intestino, lo que provoca la diarrea.
Las enterotoxinas son causantes de dos tipos generalizados de patologías: la diarrea infecciosa y la intoxicación alimentaria. En la diarrea infecciosa las bacterias colonizan y adhieren al tracto gastrointestinal. Al multiplicarse, liberan continuamente enterotoxinas en esa región. La diarrea continúa hasta que los microorganismos sean destruidos y eliminados por el sistema inmunitario o por la acción de antibióticos. En casos más profundos y graves puede llevar a la muerte por deshidratación. Son ejemplos de bacterias que producen este estado la Vibrio cholerae, Escherichia coli, Campylobacter jejuni y la Shiegella dysenteriae. En lo que se refiere a intoxicaciones alimenticias, los alimentos son los vectores de la enfermedad. Las bacterias se desarrollan en el alimento y liberan las toxinas en el propio alimento. Esos alimentos al ser ingeridos son portadores de las enterotoxinas. Las consecuencias más frecuentes de la ingestión de alimentos contaminados son la diarrea, vómitos, en menos de veinte y cuatro horas, generalmente. Bacillus cereus y el Staphylococus aureus son ejemplos de bacterias que llevan a la mayoría de las intoxicaciones alimenticias.
Otro grupo de exotoxinas son las exotoxinas pirogénicas. Éstas estimulan la liberación de citocinas. Los cuadros clínicos más relevantes son exantema, la fiebre y el síndrome de choque tóxico. Exotoxinas pirogénicas son producidas por Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes.
Otras exotoxinas pueden tener diferentes mecanismos de acción. Es el caso de las exotoxinas invasoras de tejidos. Éstas permiten que las bacterias destruyan los tejidos y puedan penetrar a través de ellos. Este grupo de toxinas incluyen enzimas que destruyen los ácidos nucleicos, el colágeno, la fibrina, el NAD, los glóbulos rojos y los glóbulos blancos.
Las exotoxinas son los factores determinantes de virulencia y patogenicidad para muchas bacterias, pudiendo provocar enfermedades exclusivas de determinados tipos bacterianos. Algunas exotoxinas son: la tetanoespasmina (que produce el tétano), la toxina botulínica, el colágeno y la toxina de Shiga. La tetanoespamina es producida por la bacteria Clostridium tetani que produce el tétano, que es un conjunto de síntomas que pasan por una actividad continua de las neuronas motoras y contracciones desordenadas de los músculos, llevando a la parálisis de los músculos respiratorios.