Concepto de Violencia Verbal
La violencia verbal se define por palabras ofensivas del agresor para con la víctima, en muchos casos, en contexto escolar.
Según los estudios de Martins (2005) la violencia verbal engloba amenazas, coacción a la realización de algo contra la voluntad de la víctima, insultar o poner motes que a la víctima no le gusta, reírse, hacer comentarios racistas o relacionados con algún tipo de discapacidad, entre otros.
Otros datos de la literatura también refieren la humillación como uno de los medios de violencia verbal más vividos por las víctimas en contexto escolar (Njaine, & Minayo, 2003).
A propósito del contexto escolar, los estudios indican que es donde se asiste a más episodios de violencia verbal, cuyo sufrimiento está directamente unido a los actos de bulling (Martins, 2005).
Jóvenes sujetos, constantemente, a cualquier tipo de violencia verbal, tiende a desarrollar síntomas psicosomáticos, baja autoestima, ansiedad, inseguridad, bajo autoconcepto global, problemas de salud físicos y mentales, además de ser rechazados por los compañeros, quedando en situación de exclusión social (Martins, 2005).
Se sabe que en la mayoría de los casos la violencia verbal, asociada a otros tipos de comportamiento desviante, no afecta apenas a la vida de la víctima, puesto que los agresores, son normalmente, individuos en riesgo social (Martins, 2005). Esto significa que el individuo tiene por norma inclinarse por la delincuencia y por la criminalidad agravada, a lo largo de su desarrollo y, posteriormente, en la vida adulta (Martins, 2005).
En la base del comportamiento desviante proveniente de los agresores verbales, está comúnmente, una familia desestructurada, cuyos responsables por el niño no hacen su papel de la forma adecuada, lo que lleva a la misma a perder, en gran escala, la noción de civismo, en todos los aspectos, porque no tiene cualquier tipo de orientación en ese sentido (Njaine, & Minayo, 2003).
Cabe referir aún que no siempre el individuo está apenas en el lugar de la víctima o en el lugar del agresor, es decir, el mismo individuo puede ser insertado en las dos vertientes, lo que agrava aún más, las consecuencias a largo plazo, en lo que se refiere al riesgo psicosocial (Martins, 2005).
Debido al hecho de englobar características de las dos partes, tanto como víctima como en el lugar de agresor, estos individuos están en una posición de riesgo mucho mayor (Martins, 2005).
Es también notable que la violencia verbal, en determinados periodos de desarrollo, parece ser más evidente que en otras fases, como es el caso de jóvenes adolescentes que frecuentan el primer y el segundo ciclo (Martins, 2005).
En estos rangos de edad, la violencia verbal surge, muchas veces, bajo la forma de “hablar mal de alguien” e insultar, que lleva a los individuos, tanto agresores como víctimas a que no les guste estar en la escuela y, en el caso de las víctimas, tienden a no sentirse bien consigo mismas (Martins, 2005). En cuanto a los agresores, habitualmente, a pesar de sentirse bien con ellos mismos, no se sienten bien con la escuela ni con el aprendizaje (Martins, 2005). En lo que se refiere a la vida escolar, el agresor se siente objetivo de negligencia por parte del profesor y hasta, en algunas situaciones, agredido por el mismo (Njaine, & Minayo, 2003).
Njaine y Minayo (2003) relatan también, en lo que se refiere a los profesores, específicamente, que una de las formas de violencia verbal subyacente es la forma autoritaria y distante con que construyen el diálogo con los alumnos en el contexto de aulas y en el ejercicio de las actividades realizadas en las mismas. Este tipo de postura acaba por dificultar la comunicación entre las dos partes y no permite que se haga una orientación para con los alumnos de forma positiva y constructiva (Njaine, & Minayo, 2003).
Existen incluso relatos de los alumnos que demuestran violencia verbal por parte de algunos profesores, demostrada de forma evidente (Njaine, & Minayo, 2003).
“Decir palabrotas en clase, llamar al alumno “tonto”, “ignorante” y tratar con desprecio… (Njaine, & Minayo, 2003, p. 126).
Además del rango de edad, parece también haber una influencia significativa de variables como el nivel socioeconómico (NSE), el tipo de escuela, pública o privada, la cultura y el género (Njaine, & Minayo, 2003).
En conclusión, y de acuerdo con los datos mencionados en los estudios, podemos comprender que la violencia verbal, tal como otros tipos de violencia, cuando es ejercida por niños y adolescentes, frecuentemente proviene de individuos con comportamiento desviante. Habitualmente son alumnos de origen familiar desestructurado, sin cualquier tipo de orientación por parte de los responsables y educadores, que ejercen Bullying junto a alumnos más débiles originando consecuencias negativas a nivel de su desarrollo.
References:
- Martins, Maria José D. (2005). Agressão e vitimação entre adolescentes, em contexto escolar. Um estudo empírico (*). Análise Psicológica (2005), 4 (xxiii): 401-425. http://publicacoes.ispa.pt/index.php/ap/article/view/558;
- Njaine Kathie, & Minayo Maria Cecília de Souza. (2003). Violência na escola: identificando pistas para a prevenção. Interface – Comunicação, Saúde, Educação, v.7, n13, p.119-34, ago 2003. http://www.scielosp.org/scielo.php?pid=S1414-32832003000200009&script=sci_abstract&tlng=es.