Concepto de Sublimación
Sublimación es uno de los mecanismos de defensa psicológica que funda la organización psíquica. En sentido general, puede ser considerado como acción psíquica inconsciente de sustitución de un objeto por otro más adecuado a la realidad psicológica y social.
Sigmund Freud (1856-1939), creador del psicoanálisis, fue el primer autor en describir este mecanismo, designándolo como una característica de una pulsión sexual que sustituye un objeto sexual por otro objeto con connotaciones no sexuales. Presenta como mecanismo secundario, el mecanismo de desplazamiento. También puede ser analizada su acción que no pierde intensidad. Este autor explica este mecanismo de forma esencial en la teoría de la sexualidad, en el paso de la fase fálica a la fase de latencia, a propósito del desarrollo del niño.
En la fase fálica el niño de 3-5/6 años, vivencia la experiencia de tener un sexo y de pertenecer a un género, constituye su identidad sexual y siente amor por el padre del sexo opuesto. Vive la angustia de castración y el complejo de Edipo. A los 5/6 años, con la entrada en sociedad plena, con los demás, compañeros y amigos, el niño olvida sus deseos amorosos y sexuales en relación a los padres – entrada en la fase de latencia – y sustituye, sublima los instintos sexuales en pro de la evolución social y del conocimiento.
Sigmund Freud explica que es la energía sexual la que motiva al hombre para las actividades y realizaciones que lo caracterizan en diversos dominios (arte, ciencia, tecnología, informática, cultura, investigación, entre otros) que aparentan, sin embargo, que no tienen nada que ver con una fuente sexual. Sin embargo, es la pulsión sexual quien pone al servicio del hombre, en general, grandes cantidades de energía, a través del poder de desplazarla para diversos dominios más adecuados sin perder su intensidad.
La posición de los kleinianos es semejante a la de Sigmund Freud, aunque sustente tal como su maestra Melanie Klein (1882-1960) que el proceso de sublimación surge en el origen del nacimiento del bebé y forma parte de la organización psíquica y de la salud mental, puesto que la sublimación posibilita al bebé organizar las pulsiones y las excitaciones exteriores a partir de símbolos, a partir de la sustitución de unas representaciones por otras, unos objetos por otros, siempre más adecuados y apropiados inclusive para el almacenamiento y memorización.
