Concepto de Identificación
La Identificación es un proceso psicológico que consiste en la apropiación o adquisición de características de otro, para beneficio propio. No es una imitación o caricaturización del otro o de un rasgo pero presenta una pretensión etiológica. Es también definida como mecanismo de defensa, presente en todos los individuos, de una manera general. Concretamente se encuentra en la neurosis. La identificación se expresa como un “como si…” y presenta un rasgo con algo común que persiste en el inconsciente.
El término surge por primera vez con el autor que es muchas veces denominado como el padre del psicoanálisis – Sigmund Freud (1856-1939). Este autor defiende que la identificación tiene origen sexual y es un medio de compromiso entre las tendencias sexuales. En «La Interpretación de los Sueños» (1900), concretamente en las descripciones de la clínica con pacientes histéricas, este autor, explica la identificación histérica en la base de las neurosis. La identificación histérica se refiere a un rasgo común entre dos personas, una adquiere el rasgo de otra, presentando los dos, un rasgo más inconsciente que es necesario conocer y que está en el origen de la identificación. En “El Hombre de las Ratas” (1909), el autor describe las identificaciones parciales y en el caso de Shreber (1911), la identificación en la paranoia, con la dificultad de Shreber adquirir rasgos comunes con otras personas por su dificultad en identificar a las personas amadas. En «Duelo y Melancolía» (1917), la identificación adquiere su valor duradero, a través de la diferenciación entre duelo y melancolía. En este texto, el autor defiende que la identificación es un proceso que integra los lazos libidinales. La identificación narcisista en el caso del duelo, con la desidentificación al objeto perdido y retraimiento sobre sí mismo con inversión libidinal. En la melancolía, la pérdida del Yo, por la identificación masiva con inversión libidinal en el objeto perdido para siempre, con costes elevados para el Ego.
Es con este texto con el que Sigmund Freud consolida el valor importante de la identificación a través de la argumentación con la libido. Más tarde, Melanie Klein (1882 – 1960), conceptualiza la noción de identificación proyectiva, base de relación precoz entre el bebé y su madre, base de los procesos de identificación primaria y secundaria, puesto que es esencial como relación de vínculo, comunicación consciente e inconsciente que preconiza el inicio identificador del niño. También Anna Freud (1895-1982) surge la noción de Identificación con el agresor. Considerado mecanismo de defensa, se refiere a la identificación de un individuo con un agresor cuando es enfrentado con un peligro externo, asumiendo la culpa de la agresión contra sí mismo o adquiriendo rasgos del agresor. En Jacques Lacan (1901-1981), la identificación también es abordada en relación yo-otro, a través de la conceptualización de la Fase del Espejo.
También destacan otros autores que se dedicaron al estudio de los procesos de identificación primaria y secundaria tales como Heinz Hartmann (1894-1970), Margareth Mahler (1900-1985) Donald Winnicott (1896-1971) o Erik Erikson (1902-1994), entre otros.
La noción de Identificación está relacionada con los procesos precoces que llevan a la identidad de un individuo así como a la autonomía egoica.