Concepto de conyugalidad
La conyugalidad se refiere a la construcción de un vínculo entre dos individuos independientes y que resulta en la construcción de un tercer elemento, la relación o el “nosotros” de la pareja.
Según Sternberg en la concepción de la Teoría Triangular del Amor, la relación conyugal implica tres dimensiones: a) la pasión, es decir, la atracción sexual o romántica entre las dos personas; b) la intimidad, caracterizada por el desarrollo de mutualidad, implicación emocional, compartir sentimientos y actividades; y c) el compromiso, pautado por la elección de mantener la relación, es decir, expresado en la estabilidad de la relación.
Tareas de desarrollo y satisfacción conyugal
La formación de la pareja, como relación, implica un conjunto de tareas de desarrollo, es decir, de la experiencia de diversos desafíos, que van surgiendo a medida que la relación se desarrolla. En esta medida, destacan las siguientes tareas:
- El desarrollo y reinvención/mantenimiento del amor en la relación conyugal;
- La construcción de la identidad del “nosotros” (motivaciones, dialéctica, proximidad-autonomía; dialéctica control-cooperación) con base en la personalidad de cada uno y en el ajuste entre ambas singularidades;
- El desarrollo y ajuste de hábitos, rutinas, así como de funciones;
- El establecimiento y mantenimiento de nuevas relaciones sociales (amigos) y familiares (familia de origen del cónyuge/compañero).
El modo como cada pareja vive y resuelve las referidas tareas de desarrollo presenta así un impacto en la satisfacción y calidad conyugal a lo largo del tiempo de la relación. De este modo, son diversos los factores individuales que contribuyen para la resolución más o menos adaptada de estos desafíos en la relación de pareja. Cada individuo, como ser diferente, transporta para la relación sus procesos y contenidos cognitivos (e.g. significados, expectativas, creencias), emocionales, afectivos (e.g. sexualidad, intimidad y compromiso) y estrategias comportamentales (e.g. resolución de problemas o conflictos; gestión del control y responsabilidades; comunicación y expresión).
Estos contenidos cognitivo-emocionales y estrategias comportamentales son desarrollados en la interacción del individuo con el medio, a través de experiencias de vinculación y socialización en sus contextos de vida, repercutiendo en el modo de pensar de cada persona, sentir y actuar. Esta interacción, a su vez, presenta influencia en la forma como el individuo piensa, siente y actúa en las dinámicas relacionales, inclusive en la relación conyugal, concretamente en la confianza y seguridad percibida en sí mismo, en el otro y en la relación.
Así, además de los factores internos, también los factores externos o contextuales presentan impacto en la relación conyugal, como son las experiencias y vivencias con las respectivas familias de origen (de cada elemento con cada una de las familias); la red social de cada uno y la integración de cada individuo en la red social del otro, y los aspectos profesionales de cada uno y de cómo éstos son articulados con los aspectos personales.
Palabras clave: Conyugalidad; modelo de desarrollo familiar; estilos de vinculación; estilos de comunicación
References:
Alarcão. M. (2006). Desequilíbrios familiares: Uma visão sistémica. Coimbra: Quarteto.
Ribeiro, M.T., & Costa, M. E. (2001/2002). Estilos de vinculação, Papéis sexuais, Género e Satisfação Conjugal. Cadernos de Consulta Psicológica, 17/18, 197-214.