Génesis
La palabra argumento deriva del latín, argumentum, de arguere, que significa “volver claro, demostrar”, teniendo la base Indoeuropea ARG-, que significa “brillar, ser claro” y que resultó en latín argentum, o “plata”.
Concepto
Argumentar es ofrecer un conjunto de motivos a favor de una conclusión u ofrecer datos que aprueban tal resolución por lo que los argumentos no son inútiles, sino esenciales. Por consiguiente, se usa en este sentido el vocablo argumentación. En las fuentes antiguas como los diálogos platónicos o las obras de Aristóteles, están presentes cuestiones sobre la naturaleza de los argumentos, de su validad o falta de ella.
En un argumento existen premisas y una conclusión. Los tipos de argumentos pasan por el argumento de autoridad, sustentado por la citación de una fuente de confianza a la cual se reconoce autoridad moral; argumento por causa y consecuencia, donde se prueba una tesis como recurso a los porqués y a sus efectos; argumento de pruebas concretas o ilustración, cuya ejemplificación reside en el relato de cierto hecho (real o ficticio); argumento de principios, es decir, argumento basado en pruebas concretas como hechos notorios o estadísticas; los argumentos por analogía, o sea, argumentos que parten de un caso o ejemplo también semejante en otro aspecto determinado; argumentos deductivos, donde en principio, la verdad de las premisas garantiza la verdad de las conclusiones.
Composición de un Argumento
En un argumento es necesario:
- Distinguir las premisas y la conclusión;
- Pienso, luego existo.
- La conclusión luego existo es soportada por la premisa pienso.
- Presentar las ideas por orden natural;
- La diferencia entre arte y ciencia no es la que existe entre sentimiento y hecho, intuición e inferencia, deleite y deliberación, síntesis y análisis, sensación y celebración, concreción y abstracción, pasión y acción, mediación e inmediación o verdad y belleza, sino una diferencia de dominancia de ciertas características específicas de símbolos.
- Partir de premisas fidedignas;
- Todos los políticos son incorruptibles. Luego, la corrupción es una mitología creada por los enemigos de la democracia.
- La premisa de este argumento no es fidedigna pues presupone que todos los políticos son ejemplos de incorruptibilidad.
- Usar un lenguaje preciso, específico y concreto;
- La justicia portuguesa necesita reformas, por preferencia al Ministerio de Justicia requiere una metamorfosis iridiscente.
- Evitar el lenguaje tendencioso;
- Resta, a la mayoría ir, como se suele decir “empujando los problemas con la barriga” – y, barriga es, al menos, algo que no le falta al primer ministro.
- Usar términos consistentes;
- Es preferible decir Los comunistas son dinosaurios en vez de Los comunistas son triceratops horridus.
- Limitar cada palabra a un sentido
- Las mujeres y los hombres son física y emocionalmente diferentes. Luego los sexos no son iguales, por lo que la ley no debería fingir que lo son.
References:
Weston, Anthony (1996), A Arte de Argumentar, Lisboa, Gradiva.