Antoine Arnauld (1612-1694) fue un filósofo teólogo francés de la Iglesia Católica. Nació en París en el seno de una familia asociada al jansenismo, por lo que gran parte del trabajo de Arnauld será dedicado a la defensa de la consistencia de la gracia divina con los dogmas de la Iglesia Católica. El jansenismo se basó en un conjunto de doctrinas avanzadas por los reformadores de la Iglesia Católica en el siglo XVII y XVIII, caracterizadas por la doctrina de la predestinación del hombre, y por el énfasis en el pecado original de Adán.
Otros segmentos importantes de sus escritos teológicos conciernen al papel de los sacramentos en el proceso de absolución, siendo subrayada la actitud que debe acompañar al penitente en ese proceso, para que la absolución sea realizable.
En su fase jansenista, Arnauld argumentó a favor de un enfoque histórico a la teología, sustentando esa aproximación a la luz de la idea de que las verdades teológicas esenciales podrían ser extraídas a partir del trabajo de las doctrinas religiosas de los padres fundadores: particularmente, en materia de gracia divina y libertad, de los escritos de San Agustín. Al posicionarse de este modo, se opuso fuertemente al clima innovador de la teología filosófica especulativa de Leibniz y principalmente a Malebranche.
Mientras que Arnauld era teológicamente conservador, por otro lado creía que el escolasticismo filosófico había sido expuesto inadecuadamente por la revolución científica del siglo XVII y por la mecánica cartesiana. Sin embargo, se clasificaba como Cartesiano, asociándose con las tesis de Descartes relativas a la naturaleza y origen de las ideas, la distinción entre alma y cuerpo, la naturaleza de la materia y la Idea de Dios. Tal identificación acaba por ser irónica, consideradas las críticas de Arnauld contra los argumentos de Descartes, postulados en la obra Méditations sur la philosophie première, puesto que la aceptación de tales tesis implicaría contradicciones con los presupuestos teológicos sobre la naturaleza y misterio del mundo. El cuerpo de ese análisis es constituido por una crítica dirigida a la prueba ontológica, y una crítica a la tesis cartesiana de que el alma tiene consciencia de todo lo que ocurre en su interior.
En cuanto a Malebranche, las críticas de Arnaul se centran en las especulaciones teológicas del primero, y en el transcurso de esa crítica, Arnauld desarrolló una teoría de la percepción, caracterizada por el hecho de las ideas ser identificadas con los actos representativos de la mente, contrariamente al presupuesto de que los objetos sirven de punto intermedio entre el acto mental y la realidad externa representada.
References:
Nadler, S. M. (1989), Arnauld and the Cartesian Philosophy of Ideas, Princeton, Princeton University Press.