Los linfocitos T helper también pueden ser llamados células Th. En 1986, Timothy Mosmann y Bob Coffman identificaron dos…
Los linfocitos T helper también pueden ser llamados células Th. En 1986, Timothy Mosmann y Bob Coffman identificaron dos subtipos de células T CD4+ activadas, células Th1 y Th2, que difieren en el patrón de producción de citocinas y también en sus funciones. Actualmente existen, por lo menos, cuatro tipos de células T CD4+: Th1, Th2, Th17 y células iTreg. Las células T CD4+ tienen un papel central en la protección del huésped. Así lo tiene, debido a su capacidad de estimular los linfocitos B en la producción de anticuerpos, de inducir a los macrófagos a desarrollar su capacidad microbicida, de reclutar neutrófilos, eosinófilos y basófilos para el lugar de infección e inflamación. Además de ello, las células T CD4+ tienen la capacidad de producir citocinas y quimiocinas, orquestando así una gran panoplia de respuestas inmunológicas. A partir del trabajo de Mossman y Coffman, se comprendió que las células T CD4+ no son un tipo de células unitarias, sino al contrario, son representadas por diversas poblaciones de células distintas con diferentes tipos de funciones.
Las células Th tienen un papel esencial en la organización de las respuestas del sistema inmunitario adaptativo. Éstas ejercen estas funciones a través de secreción de citocinas y quimiocinas que activan, y /o reclutan otras células esenciales en la respuesta a agentes extraños. Las células Th1 median en la respuesta inmunológica contra agentes patógenos intracelulares. En los humanos, ellas son esenciales en la resistencia a infecciones microbacterianas. Las células th1 son responsables por la inducción a algunas enfermedades autoinmunes. Las principales citocinas liberadas por este tipo de células T son: el interferón-g (IFN-γ), linfotoxina alfa (LT-α) e interleucina-2 (IL-2). El IFN-g producido por las células Th1 es importante en la activación de macrófagos y el consecuente aumento de su actividad microbicida. La LT-α está envuelta como un marcador que traza el desarrollo y el progreso de la esclerosis múltiple. La producción de IL-2 es importante para las células T CD4+ de memoria. Las células IFN-γ+IL-2+ son consideradas las precursoras de las células Th1 de memoria. La estimulación por IL-2 de las células CD8+ durante las fase priming de la formación de las células memoria CD8+.
Las células Th2 median la defensa del huésped contra parásitos extracelulares, donde se incluye el helminto. Son importantes en la inducción y en la persistencia del asma y de otras enfermedades alérgicas. Las células Th2 producen IL-4, IL-5, IL-9, IL-10, IL-13, IL-25 y anfiregulina. El IL-4 es una citocina de feedback positiva para la diferenciación de células Th2 y es el principal mediador en la estimulación de la expresión de IgE en los linfocitos B. La IL-5 tiene un papel central en el reclutamiento de eosinófilos. Además de su efecto en los mastocitos y en los linfocitos, la IL-9 induce la producción de mucina en las células epiteliales durante la reacción alérgica. La IL-10, producida por las células Th2, suprime la proliferación de las células Th1 y, a veces, suprime la función de las células dendríticas. En relación al IL-13, es una citocina efectora en la expulsión de los helmintos y en la inducción de algunas hipersensibilidades. La anfiregulina forma parte de la familia de los factores de crecimiento epidermal (EGF, del inglés “epidermal growth factor) y funciona como un inductor de la proliferación de las células epiteliales. La IL-25 (también conocida como la IL-17E) es también una citocina producida, por las células Th2. Este mediador induce el aumento de producción de las citocinas IL-4, IL-5 y IL-13. Así, la IL-25 puede funcionar como un promotor y, también, como un amplificador de las respuestas por parte de las células Th2. La IL-25 también puede inducir la producción de quimiocinas, como el RANTES (CCL5) y la eotaxina (CCL11) que recluta a los eosinófilos.
Las células Th17 median la respuesta inmunológica contra hongos y bacterias extracelulares. Son responsables por, o participan en la, inducción de muchas enfermedades autoinmunes. Las células Th17 producen IL-17ª, IL-17f, IL-21 y IL-22. La IL-17ª puede inducir muchas citocinas inflamatorias, como la IL-6 y la IL-8 (también conocida como CXCL8, y así tiene un papel relevante en la inducción de respuestas inflamatorias. Tanto la IL-17a como la IL-17 frecuentan y activan neutrófilos durante la respuesta inmunológica contra hongos y bacterias extracelulares. La IL-21 producida por las células Th17 es un estimulador en la diferenciación de las Th17 y actúa como un amplificador de feedback positivo, tal como el IFN-g para células Th1 y la IL-4 para las células Th2. Esta citocina también actúa en las células T CD8, en los linfocitos B, en las células natural killer y en las células dendítricas. La IL-22 tiene un papel protector de los hepatocitos durante la inflamación aguda del hígado. También media la defensa del huésped contra bacterias patógenas, como la Klebsiella pneumoniae y Citrobacter rodentium. Sin embargo, estas funciones dependen mayormente de la estimulación de IL-23 que induce la producción de IL-22 por parte de las células de la respuesta innata, antes que a través de las células Th17.
Las células Treg tienen una importancia vital en el mantenimiento de la tolerancia así como en la regulación de las respuestas del sistema inmunitario. Se demostró que, a través del aumento de las células Treg y/o en el incremento de sus funciones supresoras, puede haber beneficios en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y en la prevención del rechazo de trasplante. Las células Treg ejercen sus funciones supresoras a través de diversos mecanismos, en que algunos de ellos requieren un directo contacto celular. La supresión molecular es conseguida, en algunos casos, por la producción de citocinas como el factor de transformación del crecimiento beta (TGF-β del inglés “transforming growth factor”), IL-10 y IL-35. O TGF-β producido por las células Treg puede resultar en la inducción de células iTreg a partir de células T CD4 naïve. La producción de IL-10 es esencial para la prevención mediada por las células Tregy en la cura de la enfermedad inflamatoria del intestino. La IL-35 es producida por las células Tregy contribuye para su actividad supresora
Otros asuntos relacionados:
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