Caracterización del esguince de rodilla
El esguince de rodilla es un tipo de lesión de la rodilla que implica movimientos de torsión de esta articulación cuando el pie queda asentado en el suelo, afectando a los ligamentos que lo constituyen. Es una de las lesiones más comunes de la rodilla, habitualmente asociada a la práctica deportiva, sobretodo de contacto.
Los esguinces son clasificados teniendo en cuenta su grado de severidad, dividiéndose en tres grados. El grado I se refiere a un esguince leve, donde ocurre un ligero estiramiento que causa apenas lesiones microscópicas en las estructuras de los ligamentos. El grado II ya corresponde a una lesión moderada, con rotura parcial de los ligamentos. El grado III es el tipo de esguince más grave, con rotura total de los ligamentos y frecuentemente necesita de intervención quirúrgica.
Siempre que uno o más ligamentos sufren una lesión, pasa a existir una laxitud en los ligamentos, resultando en una erosión acelerada de las superficies articulares y meniscales y en un aumento de la producción de líquido sinovial. Los síntomas asociados a este tipo de lesión incluyen dolor, edema, limitación de movilidad, inestabilidad e incapacidad de tolerar carga, variando conforme la gravedad del esguince.
La mayoría de los esguinces de rodilla suponen una implicación del ligamento cruzado anterior y del ligamento colateral medial, con afección menos frecuentemente del ligamento cruzado posterior y del ligamento colateral lateral.