Concepto de Cáncer
El cáncer es una de las principales causas de muerte. De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud en 2012 cerca de 8.2 millones de personas murieron de cáncer en todo el mundo.
Existen diversos tipos de cáncer que pueden ser incluidos en cuatro grupos: carcinoma, sarcoma, linfoma/leucemia y cánceres derivados de células del sistema nervioso. Los carcinomas son tumores sólidos originados en el tejido epitelial. Los sarcomas son también tumores sólidos, sin embargo, se originan en el tejido conectivo, hueso y músculo. Por otro lado, la leucemia y el linfoma se originan en las células hematopoyéticas o células inmunitarias. Los cuatro grupos de cáncer tienen en común una proliferación anormal que da origen a un neoplasma, pero no en todos los cánceres (por ejemplo, leucemia) dan origen a una masa de células.
La tumorigénesis humana es un proceso con varias etapas. Resumidamente, las principales etapas incluyen la sustentación de la señalización proliferativa, la evasión de los supresores de crecimiento, la resistencia a la muerte celular, el potencial replicativo ilimitado, la inducción de angiogénesis, la invasión celular y la formación de metástasis. Los neoplasmas malignos presentan un elevado nivel de anaplasia, habilidad de invadir estructuras vecinas y propagarse a través del sistema linfático y corriente sanguínea para otros órganos originando tumores secundarios a través de un proceso denominado metastatización (Hanahan and Weinberg, 2011).
El desarrollo de tumores a partir de células únicas que proliferan de forma anormal – clonalidad tumoral – es una característica del cáncer. Durante este proceso las células van adquiriendo mutaciones y van siendo seleccionadas a través de su creciente capacidad de proliferación y supervivencia. Ejemplificando a través del modelo tumoral del cáncer de colon (Cooper, 2000), en una primera etapa se desarrolla un neoplasma benigno (un adenoma o pólipo), debido a la proliferación celular anormal. La progresión tumoral continúa con mutaciones adicionales que ocurren en las células de la población de células tumorales. Esto lleva al crecimiento de adenomas de tamaño y potencial proliferativo progresivo. Algunas de las vías de inestabilidad genómica que acompañan este proceso son las mutaciones en los genes de reparación del ADN mismatch (que llevan al fenotipo de inestabilidad de microsatélite de ADN), mutaciones del gen APC y otros genes que activan la vía Wnt (llevando al fenotipo de inestabilidad cromosomal) e hipermetilación del genoma que puede resultar en la inactivación de genes supresores de tumor, por ejemplo. La desregulación de la señalización de oncogenes también contribuye para el desarrollo tumoral. Los carcinomas surgen a partir de los adenomas benignos que se caracterizan por la invasión de células tumorales a través de la lámina basal para el tejido conectivo subyacente. En el tejido conectivo de la pared del colon, las células tumorales continúan a proliferar y propagarse. En una fase más avanzada las células consiguen penetrar la pared del colon e invadir otros órganos abdominales. Posteriormente, las células cancerígenas invaden la sangre y vasos linfáticos, permitiendo su metastatización por el cuerpo. A nivel molecular surge la transición epitelio-mesenquinal que está involucrada en el desarrollo de invasión y metastatización.
A nivel terapéutico el cáncer puede ser tratado por cirugía, radiación, quimioterapia o terapia hormonal. Una detección precoz del cáncer conlleva un tratamiento menos costoso y también mejores resultados. La resección quirúrgica y la terapia adyuvante pueden tratar tumores primarios localizados en determinado órgano. Sin embargo, después del proceso de metastatización el tratamiento se vuelve más difícil debido a su naturaleza sistémica y a la resistencia de las células tumorales a los agentes terapéuticos. La cirugía y la radioterapia eran los principales tratamientos aplicados hasta la década de los 60 y, posteriormente, la combinación de la quimioterapia con los tratamientos anteriores.
La diferencia entre países desarrollados y países en desarrollo se ve reflejada en la incidencia del cáncer. Los países ricos tienen una incidencia de cáncer superior relativamente a los países en desarrollo. Los cánceres con mayor incidencia son el cáncer de pulmón, el cáncer de hígado, el cáncer de estómago, el cáncer colo-rectal, el cáncer de mama y el cáncer de próstata. El cáncer de pulmón es el más común y el más mortal, principalmente debido al tabaco.
A pesar del aumento de la incidencia del cáncer, esta enfermedad no es una enfermedad moderna. El aumento de esperanza media de vida es una de las causas para que las enfermedades crónicas (como el cáncer) sean más comunes hoy en día. Algunas razones para la asociación entre el envejecimiento y el aumento de incidencia de cáncer han sido nombradas. El envejecimiento está asociado al aumento y acumulación de mutaciones en el genoma nuclear. Por otro lado, la inestabilidad genómica genera mutaciones aleatorias, redefinición de los cromosomas y desregulación de mecanismos epigenéticos que promueven la progresión tumoral. La disrupción del funcionamiento de la telomerasa y la longitud de los telómeros son también descritos como otras causas. En adicción, existe un aumento de la exposición a agentes etiológicos. Como ejemplo, el humo del tabaco está asociado al aumento de la incidencia de cáncer de pulmón, la bacteria Helicobacter pylory predispone al cáncer de estómago y el virus del papiloma humano es responsable por las infecciones que pueden dar origen al cáncer cervical. Otras causas destacadas son los hábitos alimenticios, la actividad física, la contaminación y la radiación ionizante. De este modo, factores externos e internos – tales como mutaciones heredadas, condiciones inmunitarias, entre otros – pueden actuar en conjunto o en secuencia para iniciar el desarrollo de cáncer.
