Concepto de Ateroesclerosis
La ateroesclerosis es una enfermedad crónica inflamatoria caracterizada por un estrechamiento de las arterias debido a la acumulación de sustancias como grasas, calcio y otras sustancias sanguíneas, en la pared de las arterias afectadas. Esas sustancias se acumulan en forma de placas que son denominadas placas de ateroma.
El estrechamiento de las arterias resultante de la presencia de las placas de ateroma va a dificultar el paso de sangre, pudiendo incluso obstruir el vaso por completo, interrumpiendo el flujo sanguíneo. Esta situación puede llevar a condiciones graves tales como infartos agudos de miocardio o accidentes cerebrovasculares, entre otros.
Síntomas
Esta patología tiene una progresión silenciosa que corresponde a la formación lenta de las placas de ateroma y consecuente estrechamiento de las arterias. Los síntomas apenas surgen en un estado avanzado, cuando el estrechamiento es significativo y suficiente para impedir un necesario aporte sanguíneo.
Patologías asociadas
Las placas, en una fase más avanzada pueden causar tres tipos de enfermedad cardiovascular (dependiendo de las arterias afectadas): enfermedad cerebrovascular, enfermedad coronaria y enfermedad arterial periférica. La enfermedad cerebrovascular es causada por la presencia y desarrollo del proceso de ateroesclerosis en las arterias responsables por irrigar el cerebro. La disminución y aporte sanguíneo en estas arterias puede llevar a cuadros graves como accidentes cerebrovasculares; la enfermedad coronaria es causada por el proceso descrito anteriormente, pero en esta ocasión en las arterias coronarias (que irrigan el corazón). Inicialmente puede causar síntomas como dolor en el pecho derivado de esfuerzos o emociones fuertes (angina de pecho); con la evolución de la enfermedad puede llegar a ocurrir infarto agudo de miocardio (muerte del tejido cardíaco por aporte sanguíneo reducido); en la enfermedad arterial periférica las principales afectadas son las arterias que irrigan los miembros inferiores, pudiendo dar origen a dolor, adormecimiento e infecciones graves, en casos más avanzados.
Tratamiento
El tratamiento principal de esta patología pasa por el cambio de hábitos de vida, como ejercicio físico, cesión del tabaquismo y una dieta correcta y equilibrada.
Dependiendo de la progresión de la enfermedad puede ser necesario control farmacológico o incluso intervención quirúrgica.