El término startup empezó usándose en Estados Unidos, al final de la década de 1990, durante el boom de las empresas relacionadas con Internet (las chamadas dotcom), siendo entonces utilizado para designar una empresa o emprendimiento nuevo, creado por un grupo de personas con el objetivo de trabajar una idea diferente a lo existente y que, por lo menos aparentemente, debería generar mucho dinero.
Actualmente muchas personas consideran como startup cualquier empresa de pequeña dimensión que aún esté en su período inicial. Con todo, muchas otras personas son de la opinión de que para poder ser considerada una startup, esta empresa deberá presentar costos fijos muy bajos y presentar, simultáneamente, un potencial de crecimiento y de lucros muy elevado. Otros aún, defienden que a parte de estas características, esta empresa deberá tener un modelo de negocio repetible y escalable y actuar en un contexto de elevada incerteza en cuanto al futuro.
Algunos de los principales conceptos derivados de esta definición son los siguientes:
. Modelo de negocios repetible: significa que es posible comercializar el mismo producto o servicio en una escala potencialmente ilimitada sin necesidad de grandes adaptaciones a cada cliente o a cada mercado.
. Modelo de negocios escalable: significa que el negocio puede crecer cada vez más sin necesidad de alterar el modelo de negocios; este crecimiento ocurre esencialmente del lado de los ingresos, sin que los costes crezcan proporcionalmente lo que corresponde a un crecimiento del margen cada vez mayor.
. Contexto de incerteza: significa que no es posible afirmar con algún grado de seguridad se la idea de proyecto es o no sustentable o si puede o no crecer e tener éxito en el futuro.
Es debido a este contexto de elevada incerteza que las startups están generalmente asociadas a capital de riesgo. De hecho, el capital de riesgo surge debido a la necesidad de persistencia en la procura de un modelo de negocios mientras no existe receta o qualquer garantía de sustentabilidad y esa persistencia apenas es posible a través de financiamiento. Generalmente, después se comprobar que el negocio es sustentable, es necesario una segunda inyección de capital para que el mismo empiece a funcionar y a generar ingresos. A partir del momento en que el negocio se vuelve escalable, la empresa deja de ser una startup y pasa a ser una empresa altamente lucrativa.
Hoy en día encontramos startups no solo en el negocio de Internet (donde los costos de arranque son más bajos y el escalonamiento más fácil) sino también en numerosos negocios asociados a I&D (Investigación y Desarrollo).