El término ROE (acrónimo de la expresión inglesa “return on equity” y que se puede traducir al español por Razón de rendimiento del capital) es un indicador de la rentabilidad ampliamente utilizado en los análisis económicos y financieros de las empresas y trata de evaluar la capacidad y la eficiencia de la gestión las inversiones de los accionistas de la empresa en términos de producción de los resultados financieros. Cuanto mayor sea el valor del ROE, mejor va a ser el desempeño de la compañía en el uso de las inversiones de sus propietarios. Si, por ejemplo, el valor de el ROE es igual a 0,1 (es decir, 10%), esto significa que cada euro de inversión de los propietarios se convierten en los resultados netos de 10 centavos. Por tanto, el ROE es muy útil para hacer comparaciones de rendimiento entre las diferentes empresas o entre varias inversiones de capital alternativas.
Así definido, el ROE se puede calcular por la relación entre el ingreso neto y el valor del patrimonio neto de la empresa.
ROE = RL / CP
Dónde: RL = Ingresos netos; CP = Patrimonio Neto.
A veces, son utilizadas metodologías de descomposición aditivo para analizar mejor el ROE, a través de un simple artificio matemático en dos relaciones diferentes: un rendimiento neto de los activos (también conocido por el acrónimo inglés ROA y que da una idea de la eficiencia en el uso de activos) y otro de deudas (que mide el grado de endeudamiento de la empresa y por lo tanto el apalancamiento).
ROE = RL / CP Û ROE = (RL / A). (A / CP)
Dónde: RL = Beneficio Neto, CP = Capitales propios, y A = Activos netos.
A su vez, la relación de rendimiento líquido del activo se puede descomponer aún más en otras dos relaciones: un retorno neto de las ventas (que da una idea del margen neto) y otro de rotación de activos (que mide el grado de transformación de ventas de activos):
ROE = RL / CP Û ROE = (RL / A). (A / CP) Û
Û ROE = (RL / VN). (VN / A). (A / CP)
Dónde: RL = Beneficio Neto, A = Activos Netos, VN = Volumen de negocios, y CP = Capitales propios
Así, el ROE depende positivamente del margen neto de venta, el grado de utilización de los activos y el endeudamiento.