De una forma sintética, liderar significa dirigir o comandar, estimular y motivar a los miembros de la organización por forma a crear las condiciones necesarias para que estes contribuyan, voluntariamente y de mejor forma posible, para los intereses de la organización, en particular, que este logre sus objetivos.
A pesar de existir múltiples definiciones para el liderazgo, es posible encontrar dos elementos comunes en todas ellas: por un lado es un fenómeno de grupo y por otro, envuelve un conjunto de influencias interpersonales y reciprocas, ejercidas en un determinado contexto a través de un proceso de comunicación humana con el fin de obtener determinados objetivos específicos. Las funciones de liderazgo incluyen, por tanto, todas las actividades de influencia de personas, o sea, que generan motivación necesaria para poner en practica el propósito definido por la estrategia y estructurado en las funciones ejecutivas. George Terry, resume la idea principal del concepto de liderazgo en solamente: “El liderazgo es la actividad de influenciar a la gente a participar voluntariamente en los objetivos del grupo”
Un aspecto importante en este concepto es la palabra influencia en lugar de imposición. Es verdad que es posible imponer determinadas acciones a un subordinado cuando se tiene poder para dicha función.
Sin embargo, es imposible imponer la motivación que cada uno lleva a la práctica la misma acción. Es esta motivación que el liderazgo busca mejorar. Para un líder no es suficiente llegar a los objetivos de la organización; es necesaria que las acciones desenvueltas por los subordinados sean ejecutadas por su libre voluntad. Asi, y a pesar de la actuación del líder envolver muchas funciones, tales como planear, informar, evaluar, controlar, castigar, etc. Sin embargo, liderar es, esencialmente motivar y orientar el grupo, las personas en dirección a determinados objetivos o metas.
Max de Pree hace otro enfoque del liderazgo, colocando la énfasis en la libertad de los subordinados y en la efectividad del servicio de los líderes. En la verdad, este autor considera el liderazgo como el arte de “libertar las personas para que hagan lo que se exige de ellas de manera más eficiente y humana posible”. Max De Pree también cree que la primera responsabilidad de un líder es definir la realidad y la segunda es de agradecimiento; entre los dos debe convertirse en un servidor de la organización y sus miembros – es el contraste entre los conceptos de propiedad y dependencia. Por lo tanto, la medida de un buen liderazgo se encuentra en sus seguidores, cuando alcanzan su potencial, alcanzan los resultados deseados y están motivados, es un signo de un buen liderazgo.
