La identidad corporativa (o identidad organizacional) corresponde al conjunto de características, valores y creencias con que la organización se auto identifica y se diferencia de las demás organizaciones existentes en el mercado. Representa, por otras palabras, la propia personalidad de las organizaciones, esto es, su forma de ser y de hacer en su actuación global, la cual es (o debería de ser) compartida por la globalidad de sus colaboradores.
Así definida, la identidad corporativa depende esencialmente de cuatro factores principales:
- Comportamiento corporativo: consiste en las actividades desarrolladas por la organización en su relacionamiento con el mercado y con los demás stakeholders, incluye las políticas y relacionamientos comerciales, la comunicación institucional, entre otros;
- Cultura organizacional: representa el conjunto de valores y principios compartidos y generalizados aceptados por los miembros de la organización y que, por eso, constituyen importantes elementos de integración interna;
- Identidad visual: consiste en el conjunto de símbolos e imágenes que buscan traducir gráficamente algunos aspectos de la identidad corporativa; generalmente estos elementos visuales son aplicados de acuerdo con un manual de normal gráficas que establecen las reglas para su utilización;
- Comunicación corporativa: se refiere a los conjuntos de formas de comunicación utilizadas por las organizaciones en su relacionamiento con sus distintos públicos-blanco, quiera internos, quiera externos.
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