Las competencias conceptuales (o de gestión) son uno de los tipos de competencias requeridas a los administradores y representan la visión para detectar nuevas oportunidades, la creatividad para encontrar y estructurar nuevas ideas, las capacidades de análisis para detectar en cada situación los hechos esenciales y decisivos, la capacidad de síntesis para llevar a cabo los eventos de acuerdo a una visión general de capacidad de planificación, definir objetivos coherentes y promover acciones convergentes, e incluso, la capacidad de la organización para entender las relaciones entre los distintos elementos de la organización, que les afecten y coordinarlos a obtener el óptimo global.
Según Robert L. Katz, en “Las habilidades de un administrador eficaz”, se requieren las competencias conceptuales, sobre todo a los altos directivos y gestores de otros niveles jerárquicos más altos, mientras que se requiere a los gestores de niveles más bajos, las competencias sociales y competencias técnicas.