Una curva de indiferencia significa una curva dibujada en un espacio en el que cada eje corresponde a la cantidad consumida de diferentes bienes. En cada punto de la curva, que corresponde a diferentes combinaciones de cantidades de bienes consumidos, el consumidor obtiene exactamente la misma utilidad o satisfacción, de ahí la designación de curva de indiferencia. La configuración de las curvas de indiferencia estan, por lo tanto, directamente relacionadas con las preferencias de cada consumidor. Puede encontrarse el llamado consumo óptimo en la combinación, en el mismo gráfico de las curvas de indiferencia con una línea de restricción presupuestaria, y el principio de base de la teoría del consumidor en que su objetivo es maximizar su utilidad. Por otra parte, mediante la variación del precio de los bienes, se puede evaluar las consecuencias de este cambio y de la cantidad deseada del bien y, a partir de ahí, construir un gráfico de la demanda.
Como una simplificación gráfica, generalmente, sólo se utilizan dos bienes para ilustrar lo que es y lo que representa la curva de indiferencia. En un modelo teórico con sólo dos productos, las curvas de indiferencia surgen dentro de estos dos elementos como curvas de inclinación negativa, lo que significa que ya que se reduce la cantidad de uno de los bienes de consumo, se debe incrementar la cantidad de consumo de otro para que el consumidor mantenga su nivel de utilidad. Por otra parte, las curvas de indiferencia tienen una concavidad dirigida hacia arriba lo que significa que a la medida que se reduce cada vez más la cantidad consumida de cada uno de los productos, es necesario compensar mediante el aumento de la cantidad de incrementos a la otra y mantener el mismo nivel de utilidad. Esto se debe a la ley de disminución de las utilidades marginales y se afirma que la utilidad marginal disminuye a la medida que se va a consumir más unidades del bien.
