El concepto de cohesión territorial hace mucho que es debatido en la Unión Europea, las sucesivas expansiones de la misma promovieron la diversidad en el territorio europeo y como consecuencia las asimetrías entre países y regiones se volvieron evidentes.
Para superar ese desafío en 1986 fue reconocida la necesidad de promover la cohesión social y la cohesión económica dentro de la Unión, de forma a reducir las disparidades entre países y/o regiones, dando origen a la Política de Cohesión aprobada en 1992.
La Política de Cohesión llevada a cabo por la Unión Europea no resolvió muchos desafíos y/o problemas de los territorios europeos como, por ejemplo, la falta de densidad territorial, la presencia de una red urbana descentralizada, mayoritariamente constituida por pequeñas y medianas ciudades y la falta de una red de transportes eficiente que estimule el desarrollo urbano policéntrico y que contribuya para mitigar las desigualdades de acceso a servicios generales como los de salud.
En 2008, la Comisión Europea publicó el Libro Verde sobre la Cohesión Territorial para lanzar la discusión/divulgar la temática y, simultáneamente, atribuir una relación directa del territorio con las Políticas de Cohesión. En el siguiente año entró en vigor el Tratado de Lisboa (2009), que reconoció formalmente la dimensión territorial como tercer pilar de la Cohesión.
Expuesto esto, la cohesión territorial debe basarse en tres dimensiones (económica, social y ambiental), de forma que promueva la mejora de la calidad de vida de las poblaciones, el aumento de la competitividad y rentabilidad económica y la preservación y conservación de los recursos naturales.
El concepto de cohesión territorial se basa en tres objetivos que son la eficiencia territorial (visión prospectiva, accesibilidad interna y externa, uso racional de los recursos naturales y eficiencia energética), la calidad territorial (buenos niveles de calidad de vida, equidad entre los territorios, solidaridad en el acceso al conocimiento, equipamientos e infraestructuras) y la identidad territorial (capacidad de prospección, presencia de “capital social”, especificidades de cada territorio).
Por otro lado, la cohesión territorial no debe estar sólo enfocada en las cuestiones de la equidad, importando también valorizar la identidad y la calidad territorial, pues los mismos son inductores de desarrollo, ya que la mejora de la atracción territorial puede potenciar nuevas condiciones favorables a la atracción de empresas externas y personas, aumentando la competitividad de los territorios.
La cohesión territorial debe potenciar y estimular el capital territorial (público, privado y social) de cada país y/o región. Para ello es necesario tener en cuenta la dotación real de capital territorial de las regiones y trabajar de forma interconectada sus varios componentes de manera a obtener efectos positivos que éstos puedan traer.
La cohesión territorial también debe atenuar las disparidades existentes en el territorio europeo. Por ello es necesario incrementar el potencial económico de Europa, aumentando la competitividad de cada de sus competidores; sin embargo, la cohesión territorial no debe descartar las preocupaciones sociales y ambientales, para que la competitividad europea pueda resultar en un aumento de la calidad de vida de los ciudadanos.
A pesar de que la esfera del ambiente no es explícitamente referida como una dimensión de Cohesión se vuelve una preocupación evidente trabajar en este campo para alcanzar una mejor calidad de vida y eficacia territorial, acabando por ser, de una forma indirecta, una dimensión a tener en cuenta en la cohesión territorial.
Por último, el concepto de cohesión territorial a pesar de ser debatido desde hace décadas a través de publicaciones oficiales de la Unión Europea y en el medio académico, presenta una cierta ambigüedad derivada de dos factores: aún no existe un índice oficial que mida la cohesión territorial de forma que permita a los investigadores producir avances teóricos en la temática; el concepto también es apuntado como fenómeno multidisciplinar, es decir, abordado por varias ciencias y el hecho de estar íntimamente conectado a objetivos de una política dificultan su definición precisa.
References:
- ARAÚJO, J. (2014). O conceito de Coesão Territorial e a sua relevância para o Planeamento e Ordenamento do Território. Os casos da Estónia e Portugal, Dissertação de Mestrado, Faculdade de Ciências Sociais e Humanas da Universidade Nova de Lisboa, pp. 1-171.
- CAMAGNI, R. (2006). “The rationale territorial cohesion: issues and possible policy strategies”, in PEDRAZZINI, L. (2006) The process of territorial cohesion in Europe, Francoangelie/DIAT, Italy.
- FALUDI, A. (2005). “From European Spatial Development to territorial cohesion”, in Regional Studies, pp. 667-678