El concepto de centro y periferia (dos conceptos estrictamente hablando) constituye parte del intento de explicar la manera como el capitalismo está capacitado para desestructurar la esfera económica y política de las sociedades subdesarrolladas o en desarrollo. Influido por la tradición marxista, este punto de vista asume que en los principales países capitalistas existe una elevada composición orgánica de capital y que los salarios base se aproximan a los costes de reproducción de la mano de obra. Por el contrario, en los países periféricos la composición orgánica de capital es diminuta, difícilmente yendo al encuentro del coste de reproducción de la mano de obra.
Esto acontece puesto que la reproducción de la mano de obra en áreas periféricas depende frecuentemente de algún nivel de producción no capitalista, por lo que los salarios pagados a la mano de obra son subvencionados por determinada producción de subsistencia. Inclusive, en algunos casos como con los trabajadores de las plantaciones, la producción en las explotaciones de pequeño porte puede contribuir tanto como el salario base pagado. En el centro, la remuneración es determinada en gran medida por los procesos del mercado, mientras que en la periferia son otras las fuerzas en juego, como la represión política, las relaciones tradicionales de dominantes y dominados, que oscurecen la ratio remunerativa.
El uso de los conceptos de centro y periferia implican como unidad de análisis el sistema mundial y el subdesarrollo como un proceso instituido en vez de un cierto término descriptivo, pues el subdesarrollo es el resultado de las contradicciones inherentes a la producción capitalista en el centro, de los intentos de solucionarse este problema y una parte necesaria de la reproducción del capitalismo a escala mundial.
Consecuentemente, el análisis procesual de la extracción de los excedentes, conjuntamente con la afirmación de que la economía mundial se volvió capitalista, perjudicó dos problemáticas interrelacionadas: una concierne a la definición precisa del capitalismo, es decir, si es satisfactoriamente caracterizado por un sistema específico de relaciones de producción e intercambio; la otra intenta identificar las uniones entre el centro y la periferia para así problematizar la naturaleza del sistema en lo que a las articulaciones entre los diferentes modos de producción se refiere.
References:
Wallerstein, I. (1974) The Modern World System, New York.