El presente texto es una exposición sobre el estudio de la acción humana en la filosofía presentando los planes de acción (suceder, hacer, actuar) y sus condicionantes.
El estudio de la acción humana es una vía de aproximación a posibles respuestas de lo que pueda ser el Hombre, esto ocurre porque es en la acción donde el ser humano se revela y se da a conocer. El Hombre es aquello que hace y es en el modo de actuar donde el ser humano se encuentra como unidad y totalidad.
Sucede que nuestras acciones se distinguen en cosas que nosotras hacemos y en cosas que acontecen naturalmente. La acción humana se vuelve diversa y compleja, siendo compuesta por tres planos distintos: el plano del suceder, el plano del hacer y el plano del actuar.
A todos los acontecimientos que afectan al sujeto, pero que no dependen de la voluntad del mismo, designamos como plano de suceder. En este plano, los actos no resultan de una decisión voluntaria y ponderada por parte del sujeto. En este sentido, las cosas que suceden nos limitan a ser receptores pasivos de efectos que no iniciamos, como por ejemplo, un individuo que es atropellado por un coche mientras cruzaba al otro lado de la calle con el semáforo verde.
El plano del hacer corresponde a las acciones de producción técnica, es decir, organizar, dominar o transformar una materia exterior. Tal como el ejemplo, lavar los dientes, coger el metro, entre otras, se volvieron, de cierta forma, técnicas y mecánicas, pues adquieren una cierta rutina precisamente por no levantar cualquier ponderación o discusión por parte del sujeto. En el plano del hacer se encuentran las acciones que realizamos en nuestro día a día, asumiendo una cierta banalidad. Sin embargo, son acciones voluntarias por parte del sujeto, pues éste puede siempre elegir si las realizará o no.
En cuanto al plano de actuar, es en éste donde el Hombre se revela. Las acciones en este plano son una interferencia consistente y voluntaria de un Hombre en el transcurso normal de las cosas que, sin su interferencia, habrían seguido un camino distinto. El plano de actuar implica, de este modo, una intención o una inclinación consciente dirigida para el futuro; un motivo o una razón que nos impulsa a actuar; un fin o un propósito; una deliberación o ponderación previa, voluntaria y consciente, es decir, un análisis de los motivos que nos llevan a actuar; una decisión, entre las diversas posibilidades que nos son colocadas como seres libres. Por ejemplo, el sujeto decide qué carrera y a qué universidad se inscribirá para realizar sus estudios superiores o el destino turístico que visitará en las próximas vacaciones.
En el actuar el sujeto tiene siempre una decisión que tomar, lo que implica un compromiso y la aceptación de las posibles consecuencias que de ahí pueden venir. Todo esto depende del agente de la acción, de aquel que ejecuta y que es responsable por ella.
La acción humana está compuesta por numerosos condicionantes. El hombre presenta condicionamientos biológicos, en la medida en que hay factores que le imponen disposiciones comportamentales difíciles de alterar. Dormir, beber, comer, la búsqueda del placer, la huida del dolor, por ejemplo, son actos que realizamos obligatoriamente.
El Hombre también es condicionado por factores psicológicos, en la medida en que actúa muchas veces por razones de orden afectiva y sentimental. El contexto cultural, histórico y social del sujeto también es condicionante de la acción. El Hombre es un ser social que vive en una sociedad donde nuestra vivencia se realiza por un conjunto de reglas que orientan nuestro comportamiento y relación con las demás personas.
La libertad del hombre incluso condicionada, consiste en la acción, en la medida en que cada sujeto tiene una multiplicidad de posibilidades, de las cuales ejerce sus elecciones, optando por ésta o aquella. La vida coloca al sujeto siempre en movimiento, pues estar en ella implica la necesidad de tener que ir por aquí o por allí, pues el abanico de posibilidades en que cada momento se abre no puede permanecer como un abanico de posibilidades neutras.
El hombre es así a sus posibilidades, pues estar en el mundo entre las cosas es estar impulsado continuamente “hacia adelante”, lanzado constantemente en un conjunto de posiciones que se abren permanentemente frente al mismo.
References:
- J. Mosterín, Lo mejor posible: racionalidad y accion humana, Alianza Editorial;
- António Paulo Costa, Dicionário Escolar de Filosofia;
- F. Savater, As perguntas da vida, Editorial presença