La floculación es un proceso de tratamiento de aguas utilizado en las ETA´s (Estaciones de Tratamiento de Aguas) para eliminar las impurezas encontradas en las aguas, y consiste en la agregación de partículas neutralizadas en la fase de coagulación (proceso utilizado antes de la floculación para el tratamiento de aguas), formándose escamas con la ayuda de un floculante que se une a las mimas a través de “puentes”. Con otras palabras, en la floculación, ocurre adición de productos químicos que van a promover la aglutinación y el agrupamiento de las partículas a ser eliminadas.
Las escamas formadas van aumentando de peso y tamaño permitiendo su sedimentación por acción de la gravedad, de forma a más tarde poder separarlas del agua por otros procesos, como por ejemplo la decantación o la filtración.
En esta fase hay una agitación mecánica de masa de agua, pero a una velocidad relativamente lenta, de modo a promover el buen contacto entre las partículas y los escamas sin que exista la destrucción de las escamas ya formadas.
Existe la necesidad de usar auxiliares de floculación, denominados floculantes. Los floculantes usados son, por ejemplo, poliacrilamidas o poliamidas que presentan cadenas más o menos largas, con elevado peso molecular y con diversas características en función de la aplicación, por ejemplo, los aniónicos, cargados negativamente, generalmente son utilizados en la floculación de las reacciones clásicas de coagulación/floculación de efluentes industriales; los catiónicos, cargados positivamente, son utilizados en los procesos de deshidratación de lamas primarias y secundarias en sistemas biológicos; y los no iónicos, que no poseen carga, son utilizados con coagulantes metálicos para promover el enlace entre los coloides, con el fin de desarrollar escamas mayores y más resistentes.