El concepto de falsificación deriva de la doctrina metodológica de Karl Popper, conocida como falsacionismo, y es un criterio fundamental en la defensa lógica de la cientificidad de un determinado problema. Este elemento epistemológico emergió como base para la solución del problema de la demarcación, que consiste en distinguir la ciencia propia de las disciplinas pseudocientíficas (donde Popper sitúa el psicoanálisis de Freud o el materialismo histórico de Marx) que pretenden afirmar otras verdades del mundo cognoscibles, y se convirtió en la característica central para la filosofía e historia de la ciencia, volviéndose altamente influyente para el progreso científico.
El argumento de Popper, en la defensa de criterio de la demarcación, se estructura del siguiente modo: la visión tradicional de la ciencia como basada en la inducción sistemática y lógicamente indefensible, pues no hay ninguna razón especial para que un fenómeno futuro se repita como en la manifestación presente. Por otro lado, las afirmaciones de la ciencia empírica alcanzan un mayor grado de certeza: por la lógica del modus tollens, se es autorizado deducir de la verdad de una premisa singular a falsedad de una premisa universal, por lo que a pesar de ser improbable confirmar una afirmación generalizada, se puede sin embargo, falsificarla, mientras que las conjeturas de las pseudociencias no están abiertas a la falsificación sino a las conjeturas de las ciencias empíricas.
References:
Rosenberg, Alex (2012), Philosophy of Science: A Contemporary Introduction, New York, Routledge: 201-216