El síndrome de tensión premenstrual, más conocido por TPM, sucede durante el ciclo inmediatamente anterior al inicio del periodo mensual de la mujer. Pueden aparecer varios síntomas físicos y psicológicos.
La tensión premenstrual que es muy conocida por TPM afecta a la mujer en la fase reproductiva provocando alteraciones físicas, psíquicas y sociales, comprometiendo las relaciones interpersonales y afectando a la productividad en el ambiente familiar, social, escolar y profesional (Maramatsu, Vierira, Simões, Katayama & Nakagawa, 2001). Existen muchas dudas en relación al tema por lo que a partir de la revisión de literatura realizada se concluye que la información disponible a cerca de su fisiopatología aún es incierta, puesto que el cuadro clínico de cada mujer, se presenta variado, lo que apenas nos permite hacer algunas suposiciones de cómo amenizarla, así como de su diagnóstico (Maramatsu, Vieira, Simões, Katayama & Nakagawa, 2001).
Al examinar la trayectoria histórica de la TPM podemos ver cómo el papel de la mujer, a lo largo del tiempo, pasó por varias modificaciones, desde el punto de vista social, y aún se puede observar la prevalencia de diversos estereotipos (Maramatsu, Vieira, Simões, Katayama & Nakagawa, 2001). Por ejemplo, el desprecio de los hombres por la menstruación y todo lo que está relacionado con ella, así como la prohibición de la participación de la mujer en ciertos rituales de culto en este periodo, son algunas de las actitudes que reflejan esta visión restringida de la mujer (Maramatsu, Vieira, Simões, Katayama & Nakagawa, 2001).
Con el paso de los años la mujer estableció en mayor o menor grado su participación activa en la economía del país como fuerza de trabajo, de forma variable, según el patrón cultural, estructural y grado de desarrollo de la región en que vive, conquistando cada vez más su espacio (Maramatsu, Vieira, Simões, Katayama, & Nakagawa, 2001).
La conquista de este espacio representa crecimiento en el terreno personal y profesional. Por otro lado, las actividades domésticas como lavar, planchar, cocinar, cuidar del marido, de los hijos no dejaron de existir (Maramatsu, Vieira, Simões, Katayama, & Nakagawa, 2001).
¿Por qué nos referimos a la emancipación de la mujer cuando hablamos de TPM?
De acuerdo con Maramatsu, Vieira, Simões, Katayama, & Nakagawa (2001), todas esas actividades en el trabajo en conjunto con la fase de TPM llevan a la mujer a tener que soportar dos jornadas para alcanzar su plenitud como mujer, necesitando vencer los obstáculos inherentes al mercado de trabajo, al ambiente familiar y a los problemas derivados.
Sin embargo parece que visto por las mujeres, la TPM no es una enfermedad con necesidad de tratamiento, lo que la lleva, frecuentemente, a abandonar esa fase, ya que piensa que no hay necesidad de preocuparse con este asunto porque no adelantará nada, priorizando otras cuestiones como cuidar de la casa y de la familia, al mismo tiempo que trabaja fuera de casa (Maramatsu, Vieira, Simões, Katayama, & Nakagawa, 2001).
En lo que se refiere a los síntomas, la acción de la progesterona asociada a la sensibilidad individual es aquella que la mujer siente más, principalmente en la primera fase del ciclo, lo que provoca el síndrome en grados variables (Miranda, 1965).
Podemos suponer que esta hormona produce en las mujeres una retención de agua que provoca alteraciones en el organismo creando, consecuentemente, alteraciones en el comportamiento de algunas de ellas, lo que significa compromiso de orden psicológico (Miranda, 2965). Por otro lado, mujeres con mayor facilidad en hacer frente a sus alteraciones fisiológicas, experimentan apenas algunas señales y síntomas físicos, no reflejándose tanto en síntomas psicológicos (Miranda, 1965).
Además de la actuación de progesterona, en lo que se refiere a la TPM, es común que la mujer sufra algunos otros síntomas orgánicos que alteran su comportamiento, tales como en la mayoría de los casos, pechos hinchados y doloridos, cólicos, impaciencia e indisposición general (Maramatsu, Vieira, Simões, Katayama, & Nakagaw, 2001; Miranda, 1965).
Conclusión
Los estudios analizados permiten verificar que la TPM es, aún hoy, objetivo de varias investigaciones por los profesionales de salud para comprender mejor el proceso.
Hemos visto que las mujeres en ese periodo están mucho más sensibles tanto en la parte física como psicológica, principalmente en la primera, debido a la emancipación ocurrida a lo largo del tiempo que las volvió más ocupadas y versátiles.
References:
- Muramatsu, C.H., Vieira, O.C.S., Simões, C.C., Katayama, D.A., &Nakagawa, F.H. (2001). CONSEQUÊNCIAS DA SÍNDROME DA TENSÃO PRÉ-MENSTRUAL NA MULHER. THE CONSEQUENCES OF THE SYNDROME OF THE PRE-MESTRUAL TENSION IN THE WOMAN’S LIGE. CONSEQUENCIAS DE LA SINDROME DE LA TENSION PRE-MENSTRUAL EN LA VIDA DE LA MUJER. [em linha] SCIELO Brasil, scielo.br. Revista Escola Enfermagem USP 2001; 35(3): 205-13;
- Miranda, R. (1965). ETIOLOGIA DA ENSÃO PRÉ-MENSTRUAL; REVISÃO DA LITERATURA. [em linha] SCIELO Brasil, scielo.br. ARQ. NEURO-PSIQUIAT. (SÃO PAULO) VOL. 23, NO3, setembro de 1965.