Absceso Periapical se refiere a un proceso supurativo que puede ser agudo o crónico en la región periapical de un diente.
Normalmente provoca una tumoración de un proceso inflamatorio junto a la raíz de un diente y que normalmente es acompañado de dolor y de exudado. El organismo reacciona a la infección con una acumulación de glóbulos blancos y de tejido necrosado, lo que provoca hinchazón y exudado (vulgarmente conocido como pus).
La caries dentaria, que se inicia en el esmalte y es indolora, pero al avanzar alcanza la pulpa. En esta ocasión, puesto que la pulpa está vascularizada (con arterias y venas, además de nervios) lleva a la infección de la misma. Puesto que existe comunicación con el exterior del diente se produce la formación de un absceso en las regiones periapicales del diente. Puede ocurrir, en casos raros, que el absceso sea causado en desvitalizaciones por la agresión química de los tejidos, pero las caries son responsables por la mayoría de los abscesos.
El absceso puede ser un proceso agudo o un proceso crónico. A pesar de ser causados por los mismos factores etiológicos, la reacción del organismo y el nivel de agresión pueden ser los factores diferenciadores.
En el caso del absceso periapical agudo la agresión es más violenta y las defensas del organismo reaccionan de una forma más intensa a la agresión, mientras que en el absceso periapical crónico la reacción del organismo es más suave. Sin embargo, las causas y consecuencias son iguales. El problema es que el absceso periapical crónico puede durar meses o años y no tener sintomatología. Por ello, su diagnóstico es realizado radiográficamente o en exámenes de rutina, o durante la búsqueda de otra situación. En este caso se verifica radiográficamente la existencia de un granuloma o se nota la existencia de un quiste.
El no tratamiento de abscesos periapicales puede producir consecuencias más graves tales como el flemón (absceso en otra área de la cavidad oral por donde drena el exudado), o celulitis faciales. Además, en ocasiones menos frecuentes pueden llevar a manifestaciones sistémicas como una septicemia, con una diseminación bacteriana a través de los sistemas linfático y/o arterial. Ésto, a pesar de no ser frecuente, puede llevar a la muerte del individuo.
Las señales más comunes del absceso son: dolor, sensibilidad, edema y enrojecimiento de la zona afectada. Formación de una fístula, drenaje de pus y dificultad al masticar.
Abscesos más avanzados pueden producir otros síntomas tales como: náuseas, vómitos, fiebre, escalofríos y diarrea.
El tratamiento de la enfermedad pasa por el drenaje del absceso en primer lugar, para después ser irrigado por una solución salina para evitar la infección posterior. Al drenarse el exudado, la fístula es el lugar por donde sale el pus, lo que es una de las diferencias en relación a los abscesos periodontales. Existe muchas veces la necesidad de tratar con antibiótico y después debe ser efectuado el tratamiento del diente. Por norma general, el tratamiento pasa por la extracción del diente o por la desvitalización. En casos en los que se mantiene el diente a través del tratamiento endodóntico, se coloca una corona para reforzar la rigidez del diente. Teniendo en cuenta que el diente necrosado es más frágil que un diente que mantiene la vitalidad (puesto que deja de ser irrigado), existe una necesidad aún mayor de mantener una buena higiene oral.
El absceso periapical nunca se cura sin tratamiento. Si se forma una fístula puede disminuir de tamaño a través del drenaje, lo que resulta en tragar exudado (pus). En casos de pacientes con otras patologías como la diabetes mellitus o hipertensión arterial es aún más grave.
Sin embargo, existen formas de prevenir la aparición de procesos periapicales:
- Cepillar los dientes, dos o más veces al día;
- Utilización de medios auxiliares de eliminación de placa bacteriana conforme las instrucciones de su asistente (pueden pasar por cloros, hilo dental o cepillos interdentales);
- Dieta pobre en azúcares simples;
- Consulta regular al médico dentista;
- Cambiar de cepillo de dientes cada tres meses o cuando las cerdas dejan de ser útiles.
Tras el tratamiento del absceso periapical existen siempre secuelas. La extracción del diente exige la necesidad de sustitución protésica del diente. La misma puede ser por prótesis fija o prótesis móvil. La prótesis móvil a pesar de ser una solución más económica no tiene los mismos beneficios de la prótesis fija.
Cuando el tratamiento pasa por la endodoncia exige mayores cuidados de higiene oral en esa zona.