Bauhaus, (nombre que deriva de una unión entre “bauen” (“para construir”, “haus” (“casa”)) fue la más importantes escuela de arquitectura, artesanía y diseño, Europea, pionera de las Artes Modernas y una de las Escuelas de Arte, más influyente del arte del siglo XX.
El concepto de Bauhaus, también puede ser reconocido como un movimiento artístico propio, un movimiento que se caracterizaba por la combinación lógica entre funcionalidad y estilo. Un movimiento que tuvo inicio en 1919, aún bajo las sombras de la Segunda Gran Guerra, desarrolló los principales conceptos y las teorías, aplicados al diseño de producto, a la arquitectura, a la comunicación hasta los días de hoy.
La Bauhaus fue una de las mayores y más importantes expresiones del Modernismo en el Diseño y la Arquitectura. Con sólo catorce años de historia y poco más de 1250 alumnos, su contribución a la historia del diseño, continúa hasta los días de hoy, ejerciendo una gran influencia y fascinación sobre las nuevas generaciones.
La Escuela, fue fundada en 1919 en Weimar, Alemania. Denominada inicialmente de Staatliches Bauhaus Weimar, fusionando la Academia de Bellas Artes de Weimar y la Escuela de Artes Aplicadas de Weimar. La Bauhaus tenía el objetivo de cambiar la forma en que pensábamos en el diseño de los objetos, en la arquitectura, o en el aspecto de las cosas, quería cambiar el ambiente y con él las personas, los gustos, la percepción del mundo. Para ello, pretendía producir productos funcionales y prácticos, pero sin descartar la belleza, la concepción estética, y sobre todo, a un precio bajo, para llevar a las personas a comprar por precio y así, habituar a la sociedad a la belleza y funcionalidad del diseño.
Logotipo de la Escuela Bauhaus, Oskar Schlemmer – 1922
La Bauhaus pretendía ser la precursora de una transformación funcional y estética en la estructura productiva y así, por consiguiente, forzar los cambios a un nivel educativo, cultural y principalmente social. Era la utopía de una revolución estética, en la concepción de la gesamtkunstwerk, del arte total.
La Bauhaus pretendía ser mucho, pero por encima de todo, fue y será siempre, la mayor y más importante expresión del Modernismo en el diseño y la arquitectura, y se queda para la historia como la primera escuela de diseño del mundo.
La escuela fue fundada por Walter Gropius el 25 de abril de 1919, Gropius creía que comenzaba un nuevo período de la historia con el fin de la Primera Guerra Mundial y había la necesidad de crear un nuevo estilo de arquitectura que reflejase la esencia de ese nuevo Período. Su estilo tanto en la arquitectura como en el diseño de bienes de consumo, primaba por la funcionalidad, los costes reducidos y la orientación para la producción en masa, sin limitarse nunca a una función o objetivo.
En la Bauhaus, se une el ideal del artista artesano defendido por Gropius con la defensa de la complementariedad de las diferentes artes bajo la forma del diseño y la arquitectura.
Gropius pretendía con la Bauhaus, redefinir toda una nueva generación a un nivel no sólo estético, sino también social y político. Se trata de formar las nuevas generaciones de artistas de acuerdo con un ideal de sociedad civilizada y democrática, en la que no hay jerarquías, sólo funciones complementarias. Aprender a trabajar juntos, tanto en la escuela como en la vida, permitiría no sólo el desarrollo de las conciencias creativas y de las habilidades manuales, así como un contacto eficaz con la sociedad urbano-industrial moderna y sus nuevos medios de producción.
El cuadro de profesores de la Bauhaus contaba con arquitectos, artesanos, pintores, escultores, dramaturgos, músicos y artistas de prácticamente todas las áreas de la producción artística. Wassily Kandinsky, pionero del arte abstracto, por ejemplo, daba clases sobre posibilidades cromáticas y geometría aplicada; Paul Klee sobre texturas y diagramación; Oskar Schlemmer daba clases de teatro, llevando a los escenarios las experimentaciones estéticas de la Bauhaus. Toda la concepción de la enseñanza era moderna e innovadora, fomentando la fusión de las artes, la artesanía y la funcionalidad práctica de las cosas.
Los alumnos, primero pasaban por los talleres prácticos de cerrajería, cerámica, diseño, costura, tapicería, etc, y después se iniciaban en las clases teóricas, como historia del arte y de la arquitectura y, por fin, pasaban a la experimentación y exploración artística, en la creación y remodelación del mundo a través de nuevas propuestas estéticas. A los alumnos, una de las formas de enseñanza era dejarles explorar libremente y dejarles cometer errores, dejándoles producir mucha cosa que era descartada, pero que les enseñaba algo en su proceso.
En la Bauhaus los alumnos tenían total libertad creativa desde que les enseña algo y les ayudan a encontrar el camino correcto, y así cambiar un poco del mundo, redefiniendo la arquitectura y el diseño y dando nuevo impulso al arte moderno.
Durante la década de 1920, el régimen nazi se opuso a la Bauhaus y sus enseñanzas, así como a cualquier otro grupo que no siguiera su orientación política. Llevando la que, en 1933, tras una serie de persecuciones por parte del gobierno nazi, la Bauhaus acaba por ser encerrada.
A pesar de ello, la influencia de la Bauhaus y sus filosofías, logró tener un impacto fundamental en el desarrollo de las artes y la arquitectura del occidente europeo, Estados Unidos, Israel y Brasil, principales regiones hacia donde se encaminaron muchos de los artistas exiliados por el régimen nazi.
Casi 70 años después de que se inauguró el edificio de Gropius en Dessau, los monumentos arquitectónicos de la ciudad y el Weimar se incluyeron en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO en diciembre de 1996.
Actualmente la Bauhaus de Weimar mantiene su liderazgo como una de las mejores universidades en Alemania, dando clases de arquitectura, pero también está integrada en un núcleo de varios polos de enseñanza vinculados a las artes y de donde se destaca el diseño y la música.
La enseñanza de Bauhaus se encuentra intrínseca en la propia forma de enseñar de la escuela, basándose mucho en la experimentación práctica de ideas y en la realización de seminarios y talleres para la confrontación de conocimientos.
El edificio inicial proyectado por Walter Gropius, sufrió numerosas modificaciones después de la Segunda Guerra. En 1994 se inició un proceso de reforma, con el fin de restablecer al edificio su diseño original. El emprendimiento fue promovido por la Fundación Bauhaus y coordinado por la arquitecta Monika Markgraf. Debido a la inexistencia del proyecto original, el trabajo se ha complicado bastante, sólo concluyendo en 2007. Actualmente, mantiene la función de edificio principal del polo de la universidad, con gran destaque para la oficina de Walter Gropius, mantenido inalterado.
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