Quiénes eran los Samaritanos
A pesar de no pertenecer al judaísmo propiamente dicho, los Samaritanos son un grupo característico del ambiente palestino en el tiempo de Jesús. Se consideraban a sí mismos como los legítimos herederos del antiguo reino de Israel (o reino de Samaria), el reino del Norte tras la división del reino en dos: el reino de Israel al norte y el reino de Judá al sur.
Aún con mayor intensidad que los propios judíos, los Samaritanos observaban escrupulosamente las prescripciones del Pentateuco. Sin embargo, no aceptaban las restantes escrituras del Antiguo Testamento ni frecuentaban el Templo de Jerusalén. Para ellos, el único lugar legítimo de culto era el monte Guerizín, localizado cerca de Siquem, en Samaria, lugar donde Sambalate mandó a construir un Templo rival al de Jerusalén. Esperaban un Mesías de Nombre Taeb (que significa “aquel que vuelve”), alguien no descendiente de David, pero un nuevo Moisés que revelaría la verdad y pondría orden al final de los tiempos.
Los Samaritanos eran considerados como una raza impura por los judíos, por ser descendientes de población mezclada con extranjeros, como los babilonios. Eran, por eso, generalmente ridiculizados por los judíos.
Otros grupos político-religiosos del mismo periodo: Doctores de la Ley, Saduceos, Fariseos, Herodianos, Esenios y Zelotas.
