Concepto de Impronta
Impronta es un concepto formulado por la etología clásica detallada por Lorenz (1935) que estudió extensamente el concepto, pudiendo ser descrito como el fenómeno a través del cual los animales en la vida adulta demuestran preferencias sociales y sexuales debido a estímulos recibidos en un período crítico de desarrollo, generalmente en estados infantiles.
Es un proceso de aprendizaje especialmente rápido y relativamente irreversible que ocurre generalmente dentro de horas o pocos días tras el nacimiento, siendo más visible en aves, donde recién nacidos de algunas especies aprenden a reconocer las características de un organismo protector en las primeras horas de vida y se apegan a cualquier objeto en movimiento con el cual tengan contacto durante ese periodo crítico de imprinting (24-48 horas tras la eclosión). Puede ocurrir así un imprinting accidental, por ejemplo si un hijo de ganso/pato eclosiona en presencia apenas de un ser humano y si al colocar en sus manos él no expresa cualquier reacción de miedo, pían cuando se aleja y le seguirá rápidamente para donde vaya. Una de las imágenes más conocidas del propio Lorenz demuestra eso mismo, donde él es seguido por varios gansitos que se apegaron a él tras estar presente en el periodo crítico de imprinting.
Este es un concepto básico que incluye el aprendizaje de quien es la madre y a que especie pertenecen, en la naturaleza es un instinto de supervivencia de los recién nacidos que necesitan reconocer rápidamente a sus progenitores que los protegerán en caso de ataque y servirán como ejemplo comportamental – imprinting social. Funciona también al contrario permitiendo que progenitores identifiquen descendientes posibilitando que familias se mantengan unidas, como en el caso de rebaños.
Puede funcionar también como imprinring sexual pues los juveniles aprenden características de sus semejantes que después influirán en sus elecciones de compañeros sexuales. Immelman (1965) retrató eso cuando diamantes mandarinos jóvenes criados por otra especie que al alcanzar la madurez sexual intentaron copular con hembras de la especie que los crió.
Este fenómeno también puede ocurrir en mamíferos pero es más raro pues tiende a suceder a animales que ya nacen con la capacidad de moverse y alimentarse solos. Recientemente se mostró que este comportamiento no es tan rápido, irreversible ni restringido a un periodo crítico como Lorenz afirmaba.