La Competencia Perfecta (en PT-BR, Competencia Perfecta) corresponde a una situación de mercado límite en que ninguna empresa y ningún consumidor tienen suficiente poder para influir en el precio o la cantidad transaccionada. Por lo tanto, en una situación de competencia perfecta, cada empresa actúa de forma individual, sin la necesidad de tener en cuenta las decisiones de la otra, solo se limita a observar el precio en el mercado y decidir que cantidad quiere vender a ese precio.
Para tal situación es necesario que haya determinadas condiciones, entre ellas:
Existencia de un gran número de empresas para producir el mismo producto o servicio (bien), con el tamaño y la estructura de costes similar y la igualdad de acceso a la información, la tecnología y los factores de producción;
Existencia de un gran número de consumidores y todos con la misma información disponible de la oferta en el mercado;
La homogeneidad de la existencia de los productos o servicios ofrecidos en el mercado;
La falta de barreras a la entrada o salida de las empresas en el mercado;
Sin la intervención del Estado en el mercado, dejando que las leyes de la oferta y de la demanda funcionen libremente.
En consecuencia, cada uno de los competidores se enfrenta a una curva de demanda horizontal, es decir, perfectamente elástica (véase la elasticidad precio de la demanda), y por lo tanto no hay ningún incentivo para practicar un precio diferente del precio de mercado. De hecho, si una empresa realiza individualmente un precio superior al precio de mercado, perderá inmediatamente la demanda dirigida a él, porque los productos y servicios son perfectamente homogéneos y los consumidores tienen información perfecta sobre la oferta existente; por el contrario, si la empresa decide practicar un precio más bajo que el precio de mercado no resiste mucho tiempo porque, en una situación de competencia perfecta, el precio de mercado corresponde a un beneficio económico a cero, lo que, a un precio más bajo resulta una acumulación de pérdidas insostenibles en el largo plazo.
En el largo plazo, si hay beneficios anormales, es decir, las ganancias son por encima de cero , atraen nuevas empresas (ya que no hay barreras de entrada) que conduce a un aumento de la oferta y, por tanto, una reducción en el precio de mercado y la restauración de beneficio económico a cero. Del mismo modo, si el beneficio económico es inferior a cero, debe comenzar a salir empresas (ya que no hay barreras para la salida), resultando en una reducción de la oferta y, por tanto, a un aumento en los precios de mercado, de nuevo sustituyendo el beneficio económico a cero .
